Andando tranquilamente por Berekost, un pequeño muchachillo desaliñado, se acerca a ti corriendo, sin mediar palabras te tiende una carta, la cual cojes, al ver que el muchacho se queda plantado delante tuya, con la boca muy abierta componiendo una extraña sonrisa a causa de la cantidad de dientes que le faltan, decides darle una moneda por su servicio, de la misma manera que vino se fue, con tranquilidad miras el remitente de esta, nada que destacar en el sobre tal vez exceptuando un negro sello, tras romper este comiezas a leer la carta:
Llevamos largo tiempo observando tus movimientos, y creemos que quizás estés interesado en pertenecer a nuestro gremio, abriéndote así infinidad de puertas, como beneficios para tu estatus, pero aun así deberás demostrar tu valía en un caso real, de estar interesado en nuestra proposición, otra carta llegara a ti dentro de poco, deberás cumplir el encargo que te sera allí explicado, de no cumplirse, ya sea por tu fracaso o porque te desentiendas del tema, no volverás a saber de nosotros, esperamos que aceptes y cumplas con tu objetivo.
Firmado: La sombra acechante