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 Historia de una succubo

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MensajeTema: Historia de una succubo   Historia de una succubo I_icon_minitimeVie Mar 12, 2010 2:20 am

//////////Os pongo una historia que hice hace tiempo, que me gustaria reciclarla para hacer una sucubo el dia que se implementen xD


Los tres heroes subieron la última escalera, deseando por fin acabar con esta última aventura y abandonar la lugubre torre.

Hacian ya tres meses desde que recibieran la misión de rescatar a Sarisa, la joven y apuesta hija de un señor feudal de las tierras del norte. Viajaron al este, siempre hacia el este. Alla por donde pasaban no cesaban de encontrar gentes que habian visto a la muchacha, acompañada por una anciana que ejercia un extraño control sobre ella. Muchos decian que era una bruja, un demonio que pretendia sacrificar a su victima en honor de sus oscuros dioses.

La torre, situada en medio de un cenagal, resulto muy dificil de encontrar. Una niebla espesa rodeaba siempre el lugar, y a penas se podia ver qué se pisaba. Cada cierto tiempo se vislumbraban pequeñas luces fatuas, de un color carmesi. Sin embargo los tres heroes ya habian recorrido mucho mundo, como para caer en una trampa como esa.

La corrupción ahogaba el pesado hálito de los aventureros. Según el mago, este había sido antiguamente el baluarte de un alquimista famoso, pero ahora estaba siendo habitado sin duda por alguna criatura de los avernos. Las paredes parecían estar vivas, como hechas con carne y huesos, y los cuerpos desnudos de cientos de cadaveres daban forma a las diferentes salas. Las luces traicionaban la vista, haciendo ver una salida donde no la habia, y ocultando las trampas y criaturas que moraban en sus salas. El aire, pesado y corrupto, tenía un desagradable olor mezcla a incienso y un toque ferroso. Casi se podía saborear a sangre.



Abrieron la última puerta. Tras que el paladin la hechase abajo de un mazazo, el arcano rápidamente realizó un conjuro protector que iluminó el lugar. Una joven dama, vestida a penas con unas telas de seda rosa, aguardaba entre un lecho de color nacar. La mujer, que parecía extenuada, yacia observandolos pero sin pronunciar palabra. Sus largos cabellos se esparcían hasta llegar al suelo, y no se podria decir cuan largos eran. Sin poder ver claramente a la joven, aun a pesar de la luz que inundaba el lugar, los tres heroes avanzaron corriendo para rescatarla, con sus cinco sentidos fijados en ella.



La luz se extinguió, dando paso a una risa infantil, y a la oscuridad total.
Luego vino el caos, el chocar del metal y una furiosa explosión.








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Los tres héroes despertaron atados a una columna cada uno colocadas en forma de triángulo, viendose a si mismos. Les habían despojado de sus armaduras y parte de sus ropas, y todos tenían lo que seguramente habían sido las heridas que ellos mismos se propinaron.
Al mirar al centro de la formación encontraron a la que sí era la dama raptada, desnuda e incosciente en el maldito lecho de nacar en compañia de su huesped anterior. Ahora veían a su enemiga claramente.

Una sucubo habia raptado a la joven. Su piel, palida como la de un muerto, no parecia haber visto ningún dia del mundo. El pelo grueso y negro, se enroscaba por su cuerpo como una serpiente, tapando y dejando ver a la vez sus pechos durante fracciones de segundo. Tenia los labios morados, los ojos rojos y una boca pequeña y cruel. Unas alas de murcielago, tan grandes como las de un águila, junto con unos pequeños cuernos y garras ponzoñosas, delataban sus origenes infernales. Podría haber sido el mas bello angel, si no fuera claramente un demonio.

-"¡¡¡Te maldigo, ser del mal!!!", vocifero el clérigo. La sucubo se limito a reir, una vez mas.

Comenzo a lamer el cuerpo desnudo de la dama, comenzando por sus piernas, ascendiendo poco a poco.
La habitación se cargó de un aire que apestaba a sexo, pesado, denso y lujurioso. Las paredes gozaban con su señora. La joven raptada, consciente pero dominada, encontraba que su piel se estaba quemando ayá por donde la sucubo la tocaba. Los gemidos de ambas eran una dulce y venenosa melodia. La sucubo no dejaba de mirarlos a ambos, observando sus cuerpos. El paladin, cuya vida casta y de clausura le habia negado los placeres de la carne, era visiblemente el mas afectado. Tenia todo el cuerpo tenso, humedo. Sus musculos chorreaban de un sudor sucio, parecía rozar el extasis cada vez que la sucubo lo miraba fijamente.

Rydia, (que era el nombre de la sucubo), rió triunfal, aunque esta vez no era una risa agradable, era una risa que portaba los vientos de la magia, de magia negra. Fijo su mirada en el sexo del paladin y comenzo a mirar arriba, hacia su cabeza. El paladin chillo de dolor. Notaba como le ardian las venas, como un calor infernal le subia hasta la cabeza. Entonces esta explotó ante la mirada horrorizada de sus compañeros.
La sucubo cambió su mirada al mago. La sangre de su compañero se hacia paso por su carne hasta llegar a su cuerpo. Notaba que su pene estaba tremendamente hinchado, cargado de sangre. La sucubo, bajo la atenta mirada del mago, introdujo sus garras en la feminidad de la raptada. El pene de este también explotó.

Ya solo quedaba el clerigo. Babeando, con su mente a punto del colapso, era el único que no estaba excitado. La sangre de sus compañeros una vez más se arrastró por el suelo hasta entrar en el cuerpo de este. El horror rompió finalmente su debilitada mente, más su resistencia a las intrigas de la sucubo debio de ser observadas por algun dios clemente, el cual cogió su alma y la libero de su carcasa terrenal, librandolo de la terrible experiencia.

-"Joder, me he quedado sin la mejor parte", bufó la sucubo.

Se acerco al cuerpo vacio del clerigo, rasgó con sus garras el cuello del clerigo, el cual empezo a chorrear sangre con una fuerza inusual. Volvió con su juguete, la dama dominada, y yacio con ella entre placer y sangre.







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Un cuerpo descansaba muerto en un gran charco de sangre. La sucubo estaba desnuda en el suelo a su lado, con el cuerpo rojo de los restos de sus victimas, mirando atenta al mar carmesí. En el veía una ciudad, un bastión que protegia a valientes y decididos soldados. Veía como llegaban barcos cargados de voluntarios, de aventureros y defensores del bien. Vió varios avarieles que habían descendido para ayudar a combatir la llegada de elfos de las cavernas.

Escupió en la visión. Entonces vió a un anciano con alma de demonio, que fingia ayudar a la causa. El anciano tenia a veces cuerpo de mujer joven, deseada por los que la rodeaban, pero respetada y de confianza. Luego el caos llegaba, la guerra dentro del fuerte, una orgía de destrucción y maldad. Los amigos se alzaban unos contra otros. Las empalizabas ardian y la esperanza desaparecia. Los mas listos huian, se unian al que era hasta entonces enemigo. Un muchacho que ya habia conocido anteriormente bajo otra apariencia, parecia disfrutar con lo que veía.



Me levanté. Yo era la sucubo. Cojí un par de prendas que tenía en una estancia tres pisos más abajo. Repasé unos conjuros que hacia mucho que no usaba, ilusiones y mascaras, marionetas y sus hilos. Ahora zarpo de camino a ese bastión. Me pregunto si le importara a ... Bueno, es igual. Creo que esto me llevará su tiempo. He de aparentar completamente otra persona. Uff va a ser algo aburrido al principio. Al principio


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MensajeTema: Re: Historia de una succubo   Historia de una succubo I_icon_minitimeSáb Mar 13, 2010 12:00 am

wow, realmente buena la historia jeje...sería cuanto menos curioso vere por ahi danzando...aunque no me molo lo de hacer explortar penes...¬¬
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