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 La primogénita de los Kensbane.

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SRheineken




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MensajeTema: La primogénita de los Kensbane.   La primogénita de los Kensbane. I_icon_minitimeVie Mar 16, 2012 3:05 am

Un dia cualquiera sin mayor importancia en la ciudad del monolito nació eva, una niña prematura de piel nieve,
ojos azules intensamente claros y un peso no más allá de los 3,5 libras.

La sirvienta matrona que ayudó al alumbramiento no tardó en adecuar a la re-cien alumbrada para entregársela a su madre. La arropó para evitar la bajada de su temperatura corporal no antes de lavarla con unos pañuelos de seda y algo de agua caliente. Ya en manos de una madre cansada pero satisfecha por el resultado del nacimiento. Observó con orgullo a su heredera y dió gracias a su patrona espiritual por lo sufrido en la gestación y en el alumbramiento.
Su heredera tenia las facciones naturales de sus padres, había nacido sana y ya lloraba con la intensidad del clamor en la batalla a oídos de su madre que sonreía con rostro sudoroso cansado observando a su pequeña.

Su marido no estaba en casa en el momento del parto, pero era algo normal en aquella enorme mansión llena de sirvientes. Donde el lujo destacaba por cualquier rincón del hogar.
La casa tenía innumerables habitaciones, pasillos muy largos muy bien decorados con unos candelabros de fina
plata donde las velas consumían su existencia con insistencia y sin pausa. Bellas formas de arte en forma de cuadros recorrían el hogar, con motivos bélicos y religiosos en su mayoría, o majestuosos retratos de sus señores. Una gran biblioteca en la segunda planta compartía lugar con el estudio del gran señor del hogar. Incluso había una capilla para nada modesta dedicada a las deidades de los señores de aquella enorme y lujosa mansión.

El ajetreo y el movimientos de los sirvientes era un ir y venir constante como si de hormigas trabajadoras se tratase. todas concentradas en servir de forma perfecta a sus señores pues bien conocíamos el resultado de los errores. La exigencia de nuestros amos era metódicamente exagerada.. De tal forma que no había ninguno de los vasallos que no hubiese sido enseñado debidamente como debían cumplir su función. El servicio tenía sus habitaciones en la parte inferior del hogar, cercano a las cocinas. La encargada de la cocina estaba preparando por indicaciones de su señor los preparativos para el día posterior cuando llegaría el señor del hogar.
Esta era la mansión de la familia Kensbane una familia severamente adinerada, militarista de aire religioso con una línea de sangre alargada en el tiempo con innumerables raíces en el pasado de aquella ciudad llamada Berekost.

El señor del hogar no era otro que mi señor Benzalot ,un taimado general que había sido alabado en alguna ocasión por su buen hacer y su eficiencia en la táctica y en llevarla a la practica con frialdad y contundencia.
No entraremos en detalles muy profundos sobre el aspecto del señor más allá de su frialdad y su aura intimidante. Basta decir que como manda la tradición familiar; Antiel era el patrón del señor del hogar y así lo habría sido para Eva de haber nacido como varón.
Eva pasaría a manos de la iglesia de Maasu, así debería ser con la primogénita como si un oscuro pacto hubiese sido formado en los inicios de la familia Kensbane Una norma que siempre se cumplía a rajatabla.
Lo cierto es que el buen hacer de la familia kensbane daba algunos beneficios a sus miembros más hábiles mientras que procuraba sombras y oscuridad aquellos que nacieran malformados o no aptos para el combate o el clero.

Los años pasarían lentamente mientras el progresivo y natural adoctrinamiento era forjado a fuego en el alma de la niña que rara vez veía a un padre demasiado ocupado en campañas bélicas o en dar explicaciones al consejo sobre las campañas militares acontecidas. Aunque tampoco tenía demasiado tiempo para ella misma, la iglesia de Maasu sabía perfectamente como adoctrinar a sus hijas Eva no nació para ser una sacerdotisa pues durante su adiestramiento demostró sobradas cualidades en el arte de la guerra el cual aprendía día a día como si tuviera un manual en la mano y pudiera leerlo.

La traición, los fallos , la incompetencia y las decisiones erróneas a ojos de la santa sede se pagaban con noble placer de adorar a su patrona desde el tormento propio y el ajeno. Puesto que nadie es perfecto y menos lo seria esa chiquilla en su juventud. Su piel tiene las marcas de su orgulloso lamento y dolor personal. Puesto que no todos sobreviven al tormento eterno al que la iglesia de Massu condena. Sólo hay varias alternativas; desfallecer y ser erradicado por el tormento o disfrutarlo y repartirlo entre los demás con el equilibrio y el sentido cruel que así se considere el justo.
Como ocurre con la iglesia de Antiel el sadismo y el masoquismo se arraigan directa o indirectamente en unos o en otros en una historia que se lee entrelineas llena de lamentos, crueldad y fervor religioso extremo. Eva no sería la excepción . Templada y forjada en el acero de su fe. Demostraría una fortaleza y ser una supervivencia nata. Pues así debe ser, no hay sitio para el débil, no hay sitio para el traidor, no hay sitio para los que dudan pues esos son los que mueren sin reaccionar.

Puede sonar demasiado bizarro y extraño mi querido lector pero Berekost es el mundo donde las apariencias importan y son las acciones las que deciden el signo de tu vida. Los nobles realizan majestuosos banquetes cual aristocracia en auge. Donde las alianzas según que familias duran toda la eternidad como pactos demoniacos o simplemente el sonido de una vaina y el quejido de un incauto desprevenido. La guerra no es el único lugar donde combatir hay demasiadas formas de castigo y demasiadas formas de lucha. La física es la más evidente de ellas. Y aunque algunos piensen que es la más placentera otros creen que el daño moral o psicológico es el más certero para doblegar las débiles almas.

Han pasado ya 24 inviernos y en ellos han habido multitud de eventos. Combates sin cuartel, sesiones de adoración extrema. risas, llantos y lamentos y todos ellos observados bajo la vista de la nobleza sicótica, las férreas normas y tradiciones de ahora una fiel seguidora de Maasu y Antiel.

Detallar relatos anteriores podría ser realmente interesante y estimulante en algunos de vosotros. Pero hay cosas que es mejor dejarlas en el pasado, pues es el presente lo que nos interesa y yo este humilde escritor simplemente os reto a que sufráis el presente.


Fimado : Martin visec para su diario personal : sirviente de esa mujer que solo hace flagelarme en la intimidad con su sabia razón.
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SRheineken




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MensajeTema: Re: La primogénita de los Kensbane.   La primogénita de los Kensbane. I_icon_minitimeSáb Mar 31, 2012 7:12 am

EL concilio


Las preparaciones para el evento estaban dispuestas. Padre me encomendó la tarea de salvaguardar a nuestros señores, los rumores de un posible ataque estaban en el aire. No todos los días se unen los líderes más importantes de Eternia de cada nación.

Pero comencemos cronológicamente, Nos saltaremos la sesión de rezos y castigos de esos malditos criados que no saben cuando obedecer y colocar la armadura de gala en su sitio para ese día.

Nastema me dió conversación durante el viaje hasta llegar a Lindelea. Ese pequeño ser diminuto está lleno de historias divertidas y travesuras. Una vez en el puerto de Lindelea nos encontramos con un nutrido grupo de representantes de las diferentes naciones. Tras las charlas pertinentes y la obligada cortesía traté de mantenerme apacible y tranquila. A fin de cuentas a muchos de ellos los veo diariamente en otros lugares y ese día era un día "reconciliación",dejé a Nasterma que llevara la diplomacia social con otras gentes, soy comprensiva y tolero a esos indeseables del hacedor y el resto de deidades hasta que llegue la hora. Pero como dice mi madre : -La cortesía es gratis y la gente siempre tendrá mejor concepto de ti. Pero también dice "La diplomacia es la guerra sin armas" . Así que como buena hija sigo las enseñanzas de mis padres.

Como nota curiosa anotaremos la falta de profesionalidad de los medianos a la hora de registrar las armas de los congregados y que se concentraron para internarse en este evento único. Si yo como su general me hubiera dado cuenta de su ineptitud sabrían lo que es obedecer ordenes al pie de la letra. Lo sorprendente del asunto no fue su falta de profesionalidad, si no el hecho que más de uno entrara con sus armas dentro del concilio. Que falta de decoro y deslealtad por las normas. Podría esperarlo de alguien sin escrúpulos o preocupado por la seguridad de su señor. Pero mirando alrededor nadie parecía demasiado preocupado por sus señores. Ciertamente ellos desprendían una presencia abrumadora que quitaría cualquier idea estúpida de atentar contra sus vidas. Ni que decir que el general de las fuerzas de Lindelea estaba presente. Cualquier acción hostil allí habría sido una muerte inminente para el imbécil que lo hubiera intentado.

Antes de iniciarse la asamblea Nastema me informó sobre el "honor" de algunos clérigos del hacedor que tuvieron la genial idea de esconder sus armas para pasar al concilio con ellas. Una chiquillada y una estupidez sin duda. Pero era una pequeña ventaja para dejar en evidencia el gran "honor"de esos que afirman llamarse justos. Si esos que se alían con todas las razas y cargaron contra nuestro ejercito por miedo. Realmente conocía mi lugar en ese concilio, aunque no quería llamar la atención nunca es mal momento para dejar en evidencia a los Erenitas y mucho menos delante de sus lideres. Eso lo hace mucho más divertido.

La reunión se desarrolló con cierta tranquilidad y conseguí que cierto paladín tuviera que ser excusado por su señor por su falta de diplomacia y tacto. Tanta arrogancia debía explotarles por algún lado. Nastema me contaba que el rostro del paladín era un poema de auto martirio. Muy seguramente su señor lo pondría en su sitio en la intimidad. He de decir que disfruté muchísimo flagelando verbalmente a ese pobre incauto que se enredó el sólito en su propia red.

La reunión tendría tres partes: el concilio inicial, el baile y la toma de opciones tras ser estudiadas.
Normalmente acudo a los bailes con mis mejores galas en cuanto a vestidos se refiere. Pero para mi aquello era diplomacia ajena a Berekost. Usé mi armadura de gala en cambio por si algo ocurría estar preparada para lo impredecible. Durante el baile tras tomar contacto . estuchar conversaciones de unos ,de otros y recibir una sonrisa tan cínica como la mía de parte de esa zorra del hacedor que era escoltada por su jinete paladin. El baile se desarrollaba con cierta normalidad mientras Nyriel buscaba refuerzos para defender fantasía de las distintas facciones. Los enanos se ofrecieron muy de buen grado. Está visto que tantos años bajo tierra sin maniobras bélicas les hacia falta algo de movimiento para comprobar su buen funcionamiento. Puesto que yo sepa nadie les dijo que había cerveza gratis en la isla de los gnomos.

Los minutos pasaban y una explosión en las afueras del edificio nos alertó de que se iniciaba un ataque. Salí hacia fuera tan rápido como pude. No hablé con nadie más y fui directa a recuperar el cinto con mi espada familiar. Había que ganar tiempo para que mis señores pudieran pertrecharse. Una gran invasión asolaba la ciudad de Lindelea. Un grupo de fanáticos humanos animados por la maquinaria de guerra en forma de golems les situaba su moral por las nubes.
Estuvimos en la puerta este conteniendo a duras penas a los que intentaban entrar por la estrecha entrada. Conseguimos colocar alguna barricada. Gracias a la magia de nastema pude disfrutar de un sin fin de golpes. tanto propios como ajenos. Cuando recuerdo la sangre correr cual cascada acompañada del grito ahogado de esas gargantas o el quejido tras ensartar el cuerpo de esas arcanas molestas, se me suben los rubores sólo de pensarlo.

La situación estaba bastante equilibrada, los manteníamos a raya hasta que los golems decidieron que había que crear más puertas en las murallas. Y así fue, se abrieron paso y he de decir que esos golpes contra mi escudo lo dejaron inservible. Tomé otro en medio del caos general y tuve que retroceder para hacerlo. El joven guerrero Zerhil tomó a uno de esos golems que no dejaba de propinarle algunos golpes mientras lo contenía. Debo decir que él y Kenji tomaron el peso de esas creaciones mágicas. Dos escudos más tarde y con varias costillas rotas seguía golpeando a más enemigos que no dejaban de intentar colarse en aquella ciudad. Cambiaríamos de flanco hacia el sur para cubrir aquella puerta una vez nuestra posición estaba segura.

Esta vez el desorden y la anarquía reinó entre los reunidos por la falta de táctica. Fallo mio al pensar que siendo los mismos que en la puerta anterior no necesitarían mayores instrucciones que en el punto anterior. Así que me lancé a disfrutar del combate apoyada por varios hombres mientras que otros decidieron quedarse mirando. el resultado fue claro tras unos minutos más. Apareció un golem que se abrió paso con un enorme brazos del que pude sentir su fuerza. Un descuido, una falta de concentración y estás fuera del combate. Es así no hay más. Escuchaba el rugir de la batalla mientras la oscuridad me rodeaba. Deseaba levantarme pero mi cuerpo no respondía y mi mente no era consciente. Alguien me atendió mis heridas y rezo por mi señora que no fuera una zorra del hacedor.

Los arcanos finalmente echaron abajo el puente que conectaba la entrada del lugar. Una bola de fuego bastó para que la estructura se desquebrajase. No me paré a ver el resultado del puente sabia de mi destino con una armadura de campaña encima. Una vez recobré el aliento fue a la búsqueda de mi señor Fulcarris. Entre el y el líder de Erina habían cerrado el paso a una infinidad de golems y sectarios. Me uní a mi señor como su escudera para que pudiera desplegar toda su fuerza y despreocuparse de la defensa. Sé de sobras que no me necesitaba, es más mi deseo de morir a su lado me hizo combatir con más rabia. Su aura personal me incitó a no retroceder ni un solo paso, era un honor para mi combatir a su lado una ocasión única donde poder verlo luchar de cerca. No me prestó atención en ningún momento. Tampoco esperaba atenciones por su parte. Matar o morir la muerte nos rondaba y ese hombre sabia matar de una forma tan grotesca como elegante y cruel en sus golpes.

Habían pasado ya horas de intensos combates por la toma de las murallas y el sonido de la magia del santo padre y Delia remataban la moral de los intrusos. Una cantidad de magia absurda para dos personas, ciertamente son unos enemigos impresionantes por mucho que sean nuestros enemigos hay que reconocerles sus méritos. Durante un dia todas las fuerzas de Eternia fueron una sola, apartando por unos instantes viejos odios,relaciones infructuosas y envidias. Tiré el escudo que tenia al suelo pues la ironía hizo que al final de la batalla portara un escudo de un soldado serenita. Acompañé a mi señor y al resto del consejo , los escolté con el resto de su guardia hacia berekost en silencio.

Había sido un día muy largo pero mi jornada no acabó hasta que llegué a mi hogar para sufrir mi penitencia y sufrir el castigo por si había sido sanada por esa zorra cabalga paladines del hacedor. Me encerré en la capilla de mi señora donde recé por mi alma, su ira y su eterno castigo a mi una de sus hijas.
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