Ysthis, sierva del Hacedor

Ysthis, una devota seguidora del Hacedor, que fue educada en la fe de éste desde bien pequeña, pues sus padres murieron en la guerra cuando ella contaba con 3 años de edad, por ello fue acogida en el templo de Erina, donde la educaron en la fe.
Ella siempre se sintió especial, pues siempre oía una voz en su interior que la instaba a hacer las cosas cada vez mejor, gracias a sus esfuerzos y los ánimos de aquella voz, consiguió sobresalir entre los demás y se convirtió en sacerdotisa del Hacedor muy pronto, pudiendo partir a propagar la fe de su iglesia por el mundo.
Pensaba que esa voz que la animaba a ser sobresaliente en todo era la de sus padres, o la del mismísimo Hacedor. Nada más lejos de la realidad. Para comprender esto, debemos remontarnos 15 generaciones atrás en el tiempo...
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El gran duelo del siglo estaba apunto de comenzar, el avatar de Tarkos en Eternia, un hombre al que empezaban a notarsele las canas, después de años buscando la guarida del monstruo, la encontró, en las grutas mas profundas de las minas de Gorlond. Un ser de oscuridad y maldad, nacido de las pesadillas de Morka, se materializó a unos metros del emisario divino:
-Al fin me encuentras, Melkior.
El hombre apuntó su resplandeciente lanza hacia la criatura:
-Este día será el día de tu derrota, Irkalla.
Ambos se mantuvieron las miradas durante varios minutos, hasta que Irkalla hizo el primer movimiento, invocó un torrente de almas que lanzó contra Melkior y aprovechar los segundos que lo tuvieran distraído para hacer surgir dos cuernos ensangrentados de sus palmas, los cuales usaría a modo de armas. Melkior se libró de los espíritus invocando un enorme rayo desde su lanza.
Y así empezó el combate cuerpo a cuerpo, que se alargó durante horas.
Las poderosas fuerzas que se desataron en aquella gruta, hizo que techo y suelo fueran derrumbándose, la lava brillaba bajo sus pies.
Llegando casi al final de sus fuerzas y viendo que no podía derrotar a aquel ser, el hombre santo lanzó un último conjuro, perdiendo casi todos sus poderes en el proceso, para sellar a la criatura utilizando su propio cuerpo como contenedor, se hizo un tajo en el pecho, a la vez que gritaba una plegaria a Tarkos, cuando el monstruo fue a dar el golpe que creía definitivo, en su lugar una poderosa fuerza sagrada empezó a absorber a Irkalla dentro de la herida del pecho de Melkior. La criatura se deshizo en un horroroso grito de rabia, liberando así la inmensa cantidad de almas que había devorado a lo largo de milenios de existencia.
Lo que quedó de aquel ser quedó encerrado dentro del hombre, el cual, agotado, se desplomó. Los mismos enanos que le habían servido de guía a Melkior, se las apañaron para sacarlo de allí, aun incrédulos por el combate que habían presenciado.
Después de haberse recuperado, su siguiente preocupación seria asegurarse que el sello de su interior no se rompiera el día de su muerte, liberando al monstruo, así que fue a ver al gran mago de Serena, Merlino, buscando una solución. El mago, con sus grandes conocimientos arcanos, consiguió dar con una solución, un hechizo que, en caso de morir, transmitiría el sello al pariente más cercano.
Ahora Melkior se encontró ante el problema más grande al que se había enfrentado nunca, él no tenia familiares, así que tendría que buscar una esposa y tener descendencia.
-Así que al final tendré que sentar la cabeza.
Resignado, se fue en busca de aquella amiga de su infancia, pelirroja de ojos esmeralda, la cual siempre lo había amado.
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Como habrá podido suponer, querido lector, la voz que le habla a Ysthis no es ni su padre, ni su madre, ni el Hacedor, es el mismísimo Irkalla, que busca ganarse la confianza de la muchacha para poder usarla en su beneficio, para recuperar su pasado largo tiempo olvidado.


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Interesados en la vieja historia de Irkalla, pueden verla aquí.
Historia de Irkalla
Y los interesados en la vieja historia de Melkior, pueden verla aquí.
Historia de Melkior
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Descripción:
Una muchacha de 19 años, bajita, pelirroja de ojos azules, de piel clara y con pecas.