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 Devorándome

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SRheineken




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MensajeTema: Devorándome    Devorándome  I_icon_minitimeMiér Mar 21, 2012 2:37 am

Con el brío de la juventud en mis venas y la enemistad del para nunca volver de mi población inicié el viaje que me cambiaría para siempre.

Recluido a la soledad viajé a algún lugar donde estar en paz conmigo mismo yese maldito pensamiento de culpa desapareciera. Hiciera lo que hiciera si cerraba los ojos solo veía el desprecio recibido por haber eliminado la vida de un igual. Ese sentimiento me desgarraba por dentro en aquellos momentos. Fue esa misma falta de concentración la culpable de mi descuido.

No puedo olvidar aquella imagen del bosque de los lamentos, y pensar que hice un alto en mi viaje para descansar unos días. Ese bosque tenia la particularidad de atrapar y torturar la mente de todo aquel que tuviera algo de lo que lamentarse. Las formas de expresarlo llegué a enterarme después, variaba según cada persona.

Ese recuerdo vaga desordenado en mi mente, todavía me es más fácil recordar el frío sudor recorriendo mi espalda, mi pulso acelerado, la intermitente punzada de mi brazo izquierdo. Todavía hoy cuando medito lo siento cerca.

Ese aliento mortecino, esa hilera de dientes interminables y el rugido acompasado por el silencioso baile de las hojas mecidas por el viento. Eh aquí donde morí mi primera vez atormentado por esa criatura hija de la sangre y la caza. Sería fácil creer que todo es mentira, pues realmente todavía noto mi sangre correr por mis venas y mis manos mantienen su vigor bajo el cuero. Pero lamentablemente tan bien noto su presencia hoy en día. Está ahí al acecho esperando para tomar con paciencia lo que le pertenece por derecho.

Me mantuve en aquel bosque unas cincuenta estaciones guiado por su gula, aprendí de él una nueva forma de acecho, a disfrutar la caza más allá de su uso para alimentarme. Tras aquel suceso ya nunca caminaría solo. Ya solo queda de mi la carcasa de lo que una vez fuí. Mi eterno lamento y mi castigo fué el alimento para ese ser. El cual olfateó el rastro y no dudo en devorarlo.

Una y otra vez me maltrato y recreo aquel momento intentando negar lo evidente. Entré sólo y acabé acompañado por el resto de mis eras. Ya hoy en día no siento culpa, no hay lamento. Todo aquello a sido consumido lentamente y degustado como un buen vino que macera con los años.

Volví a moverme entre los hombres , pese a que algunas noches debiera alejarme para iniciar otra cacería. No tardé en llamar la atención después de algunos años ayudando a mercenarios o haciendo de guía a algún que otro Berequita. Me iba bien solo con mi actual compañía interior que dormía , aún así necesitaba de la compañía de alguien para mitigar mi carga. La oferta llegó de manos de un noble que propuso mi nombre para ayudar a su facción. La acepté por que sé que de no haberlo hecho habría vagado al menos otros cien años sin rumbo. Que maravillosa facción donde podemos realizar nuestro sustento.

Di buenas noches vind.. por que esta noche es la hora de mi alimento.
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