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 El sendero del proselito

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MensajeTema: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeJue Dic 03, 2009 12:06 am

Una vida no reclamada

Lejos de las grandes poblaciones, muy lejos de las dos grandes facciones Erina y Berekost, a los pies de las grandes cumbres nevadas del norte, se encontraba una pequeña aldea de no mas de 20 habitantes. Todos se conocian y se consideraban una gran familia en que los individuos compartian todos los bienes materiales que poseian. Una persona ambiciosa no cabia en ese lugar pues lo mas que uno podia aspirar era formar parte de la milicia popular para defender la aldea de algun que otro ataque de kobolds y osgos. Los parajes circumdantes de la aldea eran blancos como la lana y los bosques eran tan espesos que resultaba realmente sencillo perderse. Los aldeanos bien abrigados estaban acostumbrados a las temperaturas frias de aquellos lares, aunque los atuendos eran realmente importantes para sobrevivir el inmenso frio que hacia sucumbir la zona en las epocas gelidas del año

En esos años yo vivia en esa miserable aldea junto con padre, madre y mi hermano. No era mas que un mocoso que no tenia consciencia de nada, a veces me averguenzo al recordar mi actitud y mi posicion como hijo mal criado. Tenia todo lo que alguien como yo podia desear, no conocia los grandes lujos sin embargo me recreaba en lo poco que teniamos como si de una gran fortuna se tratase. Siempre a ojos de padre y madre iba con mi hermano mayor el cual pertenecia a la milicia popular de la pequeña aldea.
No recuerdo con claridad la edad que poseia, sin embargo si recuerdo que en el tiempo libre de mi hermano, este me enseñaba a usar una arma de filo mal equilibrada y torpemente forjada por el herrero de la aldea, evidentemente cuando me tocaba realizar una demostracion ante mi hermano resultaba que carecia de la fuerza y destreza necesaria, a veces me hacia rasguños de los cuales mi hermano me sanaba. Ironicamente veia a mi hermano como si fuera para mi un heroe, lo admiraba por su fuerza y destreza y como no de su inteligencia poco comun en la aldea. Muchos de los aldeanos tenian envidia sin embargo habian aprendido a respetarle a pesar de que se encontraba en la flor de la juventud.

Podria decirse que yo era feliz en un mundo el cual no conocia la maldad ni el egoismo, siempre recibiendo la atencion de padre y madre, de los otros aldeanos y de mi hermano mayor el cual admiraba de verdad...aunque no por mucho tiempo. Una noche mientras yacia en mi lugar de descanso desperte alertado por los gritos de fuera. Algo sucedia pero desconocia el que, rapidamente madre entro en mi lugar de descanso y me cogio en brazos, saliendo por la puerta trasera de mi hogar con las ropas inecesarias, a pesar de que era epoca de otoño el lugar al anochecer era realmente gelido. Madre temblaba por una mezcla de miedo y frio mientras yo preguntaba y lloraba. Mis preguntas no recibian respuesta. Tras unos breves instantes empece a dislumbrar unas cuantas figuras armadas que iban tras nosotros, mis lagrimas empezaron a derramarse con mas intensidad por la ignorancia y por el temor. Hasta que topemos con mi hermano mayor. Por un momento deje de llorar creiendo que mi alabado hermano nos iba a rescatar de la situacion, que equivocado estaba. Derribo a mi madre conmigo en sus brazos sobre la fria y gelida nieve. No recuerdo las palabras ni los sonidos, solo se que lloraba sin parar.
Madre en un ultimo intento por protegerme se lanzo sobre mi para cubrirme, sin embargo mi hermano la agarro de su largo cabello de color azabache. Se que hubo un intercambio de palabras, pero no logro discernir entre los gritos ni el clamor que surgia de mi y las palabras que salian de la boca de los presentes. Mi madre agarrada del cabello por mi hermano mientras media docena de hombres totalmente desconocidos observaban con gran pasion la escena. Todos ellos iban armados y estaban sucios de sangre y ceniza. Antes de echar a correr recuerdo como mi hermano elevo el cuerpo de madre y la atravesaba por el cuello, mientras esta dejaba caer unas lagrimas y me lanzaba una mirada triste y repleta de desesperacion. Eche a correr, no mire atras, no queria morir y estaba desesperado por despertar de aquella temible pesadilla, queria despertar pero no era mas que una realidad mas. No paso mucho tiempo hasta que fui alcanzado por la media docena de hombres que observaron como mi hermano asesinaba a madre. Uno de ellos estaba rapado y era tuerto, para aquel entonces para mi que no era mas que un mocoso era un hombre de temible apariencia. Me agarro del pelo y me elevo, preparado para ejecutarme como a madre. Las imagenes estan difusas, recuerdo mi sarta de suplicas y peticiones de clemencia, era lamentable. El hombre tuerto preparado para efectuar el estoque final fue de repente arrollado por un hombre que estaba totalmente protegido por una pesada armadura. Cai sobre la nieve y recule hasta encontrar un arbol donde cobijarme del frio y del miedo. Las imagenes son aun confusas, pero claro el suceso, el hombre que habia evitado mi ejecucion estaba dando muerte a los hombres que pretendian matarme. Cuando todos cayeron el hombre se acerco a mi y sin mediar palabra me acogio entre sus brazos, era un total desconocido para mi, sin embargo no tenia ni las fuerzas ni la disposicion para negarme. Solo recuerdo haberme dormido y despertar en una habitacion con un calido fuego frente de mi lugar de descanso.

A un lado se encontraba el hombre que habia salvado mi vida, habia esperado a que despertase, se quito el yelmo y vi con claridad su aspecto. Era un hombre de avanzada edad sin embargo era fuerte y ancho de hombros, tenia el pelo blanco como la nieve y en su cara se encontraba una ligera sonrisa ante la cual no supe como reaccionar. En el dislumbre bondad y buena fe, se trataba de un sacerdote de combate del Hacedor, un clerigo del corazón sangrante. En un instinto vano de conocer los sucesos de la noche anterior inunde al sacerdote de preguntas que quedaron sin respuesta por el momento, tan solo me puso su mano en mi hombro y me pregunto:

-Muchacho cual es tu nombre?
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Dic 04, 2009 1:54 am

Bueno antes de nada decir que lo siento por su extension, es que uno empieza y no hay quien pare u.u otra es que si encontrais algun error lo lamento decidmelo y con gusto lo arreglo asieees Very Happy


El rechazo del Corazón Sangrante



10 años habían pasado desde aquella noche, una noche oscura y fria repleta de dolor y sufrimiento. 10 años desde que mi hermano había asesinado, no solo a los aldeanos, si no a nuestra familia. 10 años han pasado desde que Gerlach Demieter me había salvado la vida y me había llevado al monasterio del Corazón sangrante.

Me había convertido en el aprendiz de Gerlach, destinado a llevar una vida de clerigato junto con el resto que iban a ser mis hermanos en cuanto pasase la prueba del novicio. Sin embargo, aun estaba embriagado por la gran necesidad de venganza, encontrar y eliminar a mi odiado hermano. No debía ser la actitud de un sacerdote, pero era joven aun para comprender que ser clerigo del Hacedor va mas alla de nuestros sentimientos y deseos mundanales. La sed de sangre, la venganza personal, eran deseos de la carne, deseos que debía librarme si quería convertirme en un sacerdote.


Durante las fases del entrenamiento con armas siempre llevaba al extremo el deseo de ser mas fuerte, para poder algun dia enfrentarme a mi hermano y darle punto y final a su vida. Mi maestro era consciente de mis sentimientos y deseos por lo cual siempre hablaba conmigo cada dia despues del entrenamiento. Recuerdo con claridad sus palabras, como si las hubieran grabado en mi alma con un hierro al rojo vivo con el que se marca las reses.

-Veo joven que aun sigues demasiado entusiasmado con tu entrenamiento no es asi?-me miraba mientras preguntaba con una ligera sonrisa. Me agradaba su forma de ser, no te agobiaba con leyes ni formas, compasivo y tierno, eso era de las cosas que mas admiraba de mi maestro ademas de su gran destreza como uno de los mas grandes clerigos del monasterio del Corazón sangrante.

-Quiero ser fuerte, quiero derrotarlo y reclamar lo que es mio, lo que me arrebato hace 10 años- dije con ansias y cierta arrogancia, no era mas que un pobre idiota cegado por la sed de sangre

-Melkior...abandona la idea de vengarte, no lograras nada, tan solo un enorme vacio interior que te dañara durante el resto de tu vida, la veganza personal no tiene cabida dentro de este monasterio-me respondio con una mirada triste y repleta de compasion- Como puedes decir eso?! Él me r..- intente protestar pero gerlach me interrumpio

-Te robo la vida... te contare una historia-esta vez fui yo quien le interrumpio con desgana de escuchar algun sermon- Algun vida hipotetica?- No- respondio Gerlach- Mi historia...

Le miré sorprendido y anonadado, los clerigos más viejos del monasterio no tendian a contar sus pasados y menos aun pasados anteriores a su enrolamiento en el monasterio. Creian que las vidas pasadas repleta de errores y pecados no alentaban a los más jovenes, así que por lo tanto omitian sus historias personales por lo general.

-Mi historia empieza en una aldea de granjeros como cualquier otra, era como tu pero en mi caso era ya un joven ya crecido aunque aun me faltaban años por madurar. Estaba siendo enseñado por el maestro herrero de mi aldea para que algun dia yo pudiese ir a Serena a hacer mi vida como herrero. Con el tiempo adquirí la suficiente experiencia y empece a ir de aldea en aldea para encontrar algun lugar donde poner algun establecimiento y empezar a trabajar para adquirir aun más experiencia antes de ir a Serena. Encontre una aldea tranquila finalmente donde tenia pensado quedarme, alli quede enamorado de una joven pueblerina del lugar-le miré extrañado y algo sorprendido pero seguia escuchando el relato- era sumamente hermosa y con el tiempo declaré mis sentimientos por ella y consumimos nuestro amor. Creia que mi vida era perfecta, el negocio empezaba a funcionar y tenia a una persona a mi lado con quien compartirlo todo. Sin embargo un dia, un grupo de de 10 personas armadas vinieron y empezaron a asesinar las gentes del lugar, yo ya tenia experiencia con el manejo de la espada pues practicaba todos los dias con las mismas espadas que yo mismo forjaba. Aunque luché con todas mis fuerzas no pude evitar la masacre, 2 de esas personas armadas huyeron de la aldea pero habiendo logrado su objetivo, tras el ataque busqué a mi amada, pero no la hallé y supuse lo peor. Yo enfurecido les perseguí día tras día, pasaron meses antes de que les encontrara en una cueva . Uno de ellos cargó contra mi pero pude efectuar la estocada de gracia mientras cargaba, tras eso cargué contra el último individuo el cual ni se molesto en defenderse y dejó que yo hendiera mi hierro en su pecho. Cuando cayó violentamente contra la superficie de la cueva mencionó mi nombre con una voz que me resultaba conocedora. Mi sangre estaba helada, mi corazón palpitaba a gran velocidad, y lentamente me acerqué al individuo herido de muerte, acerqué mi mano a su yelmo y se lo quité. Cuando vi su rostro no pude evitar que mis lagrimas cayeran por mis mejillas y lanzar un alarido de dolor...ese individuo era mi amada-tras escuchar estas últimas palabras bajé la cabeza- No fui capaz de soportar el dolor, empecé a ir de taberna en taberna hundiendome en la borrachera. Hasta que un día la voz del Hacedor resonó en mi cabeza, el me dio una esperanza, un proposito en la vida, desde entonces he vivido en su sendero. Sin embargo no hay momento en el que no siento el dolor de la terrible perdida.- tras terminar el relato me miró con una sonrisa leve. No sabía como reaccionar, entendí que aquella venganza que mi maestro llevó acabo, hacía que él tambien sufriera las consequencias y eso aun le seguía mortificando aun haber superado el dolor que en aquellos momento le atosigaban.

-No hace falta que digas nada Melkior-me dijo- tan solo piensa que es lo mejor no solo para ti, si no para el resto, debes vengar a las personas que no son capaces de hacerlo por si mismas, efectuar justicia, pero la venganza personal siempre se sirve en un plato frio- mencionó y yo asentí levemente con la cabeza, crei haberlo entendido e intente seguir su consejo, tal y como acabemos yo me dirigí a mi lugar de descanso.

Debía descansar pues de aqui dos dias tenia la prueba del noviciado, una prueba donde se decidiria si sería un clerigo o no. La prueba se basaba en entrar en una sala donde tenías que sentarte en el centro rodeado de velas, habría que rezar con fuerza y pedir suplicas al Hacedor, si las velas despues de que se acabase el dia aun seguían apagadas significaba que el Hacedor no había cedido sus poderes y fuerzas al novicio, pero si estas se encendían todas en pura harmonía significaba que el Hacedor prestaría sus poderes al clérigo siempre que este permaneciese fiel y orara pidiendo ayuda y fuerzas para combatir al mal.

Esa noche no pude dormir a causa de los nervios, tan solo faltaba un dia, ademas había estado toda la noche pensando lo que le sucedió a mi maestro. Cuando el sol surgió desde el este empezaron a llamar a nuestras puertas para que acudiesemos al patio. Salí y allí nos encontrabamos todos los novicios y los clérigos y allí se nos iba dando las tareas de los proximos dias exceptuando a mi que al dia siguiente tendría la prueba. Ese día me tocaba meditar y pensar en mis motivaciones y sucesos que habían emprendido en mi vida. Empecé a dar vueltas por el patio exterior del monasterio observando los alrededores. Aunque era algo diferente, el ambiente era similar al de mi aldea, el monasterio estaba posicionado en la garganta de uno de los montes mas pequeños de las cumbres nevadas, todo el año estaba nevado y hacía frio.

Durante el día estube pensando en el relato de mi maestro, y el suceso que tubo lugar hace 10 años, había entendido las palabras de Gerlach pero, me costaba aceptar que debía abandonar la idea de la venganza. Fueron largas las horas con sol a mi parecer, en cuanto este se escondio huyendo de la luna fuí a mi lugar de descanso. Esa noche si descanse, aunque mi mente estaba atormentada por preguntas y dudas.

Antes de que amaneciera yo debia presentarme ante los 3 ancianos del corazón sangrante, me bendijeron con sus rezos y abrieron la puerta de la oscura habitación, olía a cera e incienso. Los ancianos cerraron la puerta tras de mí. Me acerqué al centro y me senté. Junte las palmas de las manos y empecé a rezar al Hacedor, que me diera fuerzas para combatir al mal y no para efectuar mi propia venganza.

Las horas pasaron, pero no había respuesta. Empecé a ponerme nervioso y a tener dudas y mas dudas. Finalmente el sol se escondio dando por finalizado el día. Los ancianos abrieron la puerta y sin decir nada me dieron la señal que saliera de la habitacion. Tras eso me dirijí a mi lugar de descanso con gran tormento y grandes sentimientos de fracaso.

Antes de que el sol surgiera por el este mi maestro Gerlach me despertó y me indicó que fuera al santísimo, un lugar prohibido para los novicios donde alli se tomaban las decisiones por parte de los ancianos. Sin dudar me dirijí allí y entre en una habitación sumamente amplia y poco iluminada, pero lo suficiente para ver los 3 ancianos sentados.

-Melkior sientate porfavor-mencionó el anciano de la derecha, nadie conocía los nombres de los 3 ancianos, segun los preceptos, indicaban que cuando un clérigo se tornaba anciano este se le imponía un nuevo nombre que nadie podía conocer y se le consideraba santo. Yo por mi parte obedecí la peticion del anciano en silencio.


-Como ya sabes no has superado la prueba del novicio, sabes porque?-pregunto el de la izquierda, yo negué levemente ya creiendo que iba a ser expulsado del monasterio y de la orden.


-Porque no fuiste capaz de mantener la paz interior ni en tu mente ni en tu corazón, fallaste uno de los preceptos mas importantes del dogma de nuestro señor el Hacedor-mencionó el anciano del centro mientras yo bajaba la cabeza reconociendo mi fracaso y mi inmenso error


-Sere expulsado del monasterio, sabios ancianos?-pregunté con voz algo quebradiza y con gran temor, los ancianos se miraron los unos a los otros, ambos parecian que fueran un único ser, como si supieran lo que cada uno iba a decir en cualquier de los momentos.


-Normalmente a los que fracasan la prueba del novicio son positivamente expulsados del monasterio, aunque siempre con honor son enviados y recomendados como soldados rasos a Erina-mencionó el anciano de la derecha mientras que yo aun cabizbajo empezaba a creer que tendría que preparar mi petate y partir de este lugar para no regresar


-Sin embargo eso no te sucedera a ti joven Melkior-dijo el anciano de la izquierda, me quede absolutamente perplejo, jamas en la historia del monasterio, alguien que habia fracasado en la prueba del novicio y se había quedado en él y mucho menos con aprovación de los ancianos.


-Sería un desperdicio enviarte a Erina teniendo tanto trabajo en estas montañas, jamas habíamos visto tal despliegue de talento en un novicio, tienes el nivel de tu maestro Gerlach en el manejo de la espada y ademas eres el miembro que más conocimiento tiene de lo arcano incluyendo la nigromancia entre los novicios y el clerigato de este monasterio- dijo el anciano del centro mientras yo aun estaba con los ojos como platos


-Pero, santos ancianos, segun los preceptos alguien que a fracasado la prueba del novicio no puede permanecer en el noviciado y mucho menos ser clerigo o monje-dije con asombro creiendo que todo esto era un sueño


-Así es, por eso tu seras el primero entre los tuyos, como bien sabes esta cordillera esta plagada de muertos vivientes y nigromantes, acechando en cada esquina para asesinar y arrebatar vidas, sin olvidar que en este monasterio en la más remota de las camaras se protege los dos pergaminos que el archimago Tansler entregó al corazón sangrante para que no cayeran en malas manos antes de que él mismo cayera en la corrupción, dos pergaminos donde se encuentras los conjuros más poderosos dentro de la escuela de la nigromancia, antiguos conjuros olvidados, una vez dicho esto seras el primer cazador de nigromantes de este monasterio-afirmó el anciano de la izquierda, antes de que yo pudiese hablar, el anciano del centro se dispuso a hablar


-No hay mas que decir joven Melkior, tu daras caza a los nigromantes de estas cordilleras y con el tiempo tu seras el protector de los pergaminos del archimago Tansler, ahora ve con tu maestro que será a partir de ahora quien asigne tus peligrosas misiones-dijo el anciano del centro dando por terminado la conversación

Salí del santisimo y en la cámara principal me encontré con mi maestro donde me dió la enhorabuena y mi primera mision como cazador de nigromantes. Practicamente empecé a estar más bien fuera del monasterio que dentro a causa de las misiones, no tenía tiempo para descansar. A pesar que mis misiones siempre resultaban ser victoriosas, no paraban de cederme misión tras misión. Cada vez más peligrosas pero mis habilidades iban aumentando y mis conocimientos de lo arcano tambien sobre todo en los aspectos nigromanticos. Finalmente llegó la misión más difícil, enfrentarme al propio archimago Tansler, aunque desde su entrega de los pergaminos al monasterio había sucedido muchos años, seguramente había recurrido a la nigromancia para alargar su vida. Segun Gerlach se encontraba en una cámara en lo más alto de la cordillera, en las ruinas del antiguo monasterio Seth Ehnialla. Tardé varios días antes de poder llegar en lo más alto de la cumbre, hacía un frio gélido y estremecedor, y si no era poco estaba ya desgastado por el rgan esfuerzo de llegar hasta las ruinas.

Me iba adentrando poco a poco, no veia rastro de muerto viviente, ni podria percibir el edor que desprende la magia nigromantica. Busqué de cámara en camara hasta encontrar unas escaleras que bajaban a lo mas profundo de las ruinas. Tuve que encender una antorcha para discernir entre figuras y oscuridad, a medida que bajaba el aire arrastraba una voz cruel y malvada, tragué saliva antes de que pudiese dislumbrar el final de las escaleras. Apagué la antorcha pues aviste una luz al fondo del pasillo, fuí con sumo cuidado pero raudo, hasta que pude esconderme tras una esquina y observar. Tan solo había un anciano deforme entre huesos y carne putrefacta sentado en lo que parecía un trono hecho de huesos. Supuse que era Tansler, pero seguí observando. No había rastro alguno de muerto viviente, extraño pues normalmente tienen su propio sequito, ni acolitos ni ayudantes ni aprendices. Creía que había pasado desapercibido sin embargo en breves momentos el archimago abrió sus ojos y dirijió su mirada hacía el lugar donde me escondía y con un gesto me pidió que me acercase. Desenvaine mi espada y me acerqué con cautela.

-Bienvenido a mi hogar pequeño entromentido, que os trae a mi humilde morada?-dijo con una voz sepulcral, tuve que armarme de valor para no retroceder, sin embargo no podia evitar que mis brazos temblasen entre una mezcla de frio y terror


-He venido a destruirle de una vez por todas archimago Tansler-dije firme aunque el miedo seguía recorriendo mi cuerpo


-Bien entonces no tiene sentido que alarguemos esta conversación no es así pequeño entromentido?-pregunto con una sonrisa maqueavolica mientras unos trozos de carne se le desgarraba, rapidamente se alzó y conjuró una gran tromba de de proyectiles magicos. Sin embargo fui lo suficientemente rapido para esconderme tras una columna antes de que el conjuro pudiese fijar el blanco y dirigirse a mi sin posibilidades de fallar.

Sin embargo el archimago no dejó que aquello le distrayesepues inmediatamente lanzo un horrible marchitamiento y cai por la falta de respiración, mis antiguas heridas se reabrieron y empezaron a emanar una gran cantidad de sangre, mi piel empezó a tornarse blanca y mis músculos se paralizarón
Tansler se acercó a mi riendose y con dedo me tocó la frente.


-Pronto no seras tan distinto a lo que has venido a destruir joven entrometido-y empezó a lanzar carcajadas, notaba como si mi cuerpo dejase de responder, un gran dolor empezó a surgir entre mis costillas y empecé a vomitar como si desease sacar mi higado por la boca, no era capaz de resistirme, el dolor era muy superior a mi capacidad de aguante. Sin duda el archimago Tansler era mucho más poderoso que yo. Sin embargo Tansler no tuvo en cuenta que mi determinación era muy superior a cualquier dolor que pudiese provocarme, asi que agarre mi espada que se encontraba a mi lado en el frio suelo de las ruinas, me puse de rodillas y le hundí el frio acero en su garganta y le rasgué hasta su estómago.

Este cayó de espaldas emanando sangre, con voz quebradiza a punto de que su vida se extinguiese unas leves palabras salieron de su boca antes de que yo quedase inconsciente por sus conjuros:

- Pequeño entrometido, cual es tu nombre?


Última edición por Arcadios el Vie Dic 04, 2009 2:23 am, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Dic 04, 2009 2:14 am

Muy bonita tio, obtienes px
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeSáb Dic 05, 2009 1:46 am

Aqui va el ultimo capitulo del pasado del clerigo mas soso de eternia lo mismo que el anterior capitulo siv eis algo mal decidmelo y corrijo Very Happy



Del noviciado al clerigato

Recuerdo que tenía mucho frio, estaba helado, no era consciente de lo que me rodeaba, claramente no recordaba lo que había sucedido. Con gran esfuerzo abrí los ojos. Yacía el cadaver frente de mí, el cadaver del archimago Tansler. Arrastrandome por el suelo, llegué hasta el fondo de la cámara de las ruinas y me incorporé levemente. Aunque aun me cueste admitirlo sobreviví gracias a la suerte, al destruir al nigromante el conjuro que efectuo sobre mí fue disipado, aunque no estaba muerto si estaba sumamente debil. Inmediante tomé una de las pociones que se encontraban en mi petate y la bebí con desesperación. Sentía como si hubiesen arrancado mi esqueleto violentamente agujereando mi piel, dí gracias al Hacedor pues no fue asi evidentemente.


Espere horas y horas, descansando, esperando a que recuperase las suficientes fuerzas para regresar al monasterio. Tras un día de descanso aproximadamente, subí por las escaleras de las ruinas llegando así a la cámara principal. Desde allí tomé rumbo hacía el monasterio descendiendo por los caminos estrechos de la cordillera. Tardé mi tiempo en regresar, pero llegué en un momento que parecía que iba haber un ataque. Entré por la puerta principal llegando al patio. Los clérigos y los novicios estaban corriendo de arriba y abajo tomando posiciones, armandose con sus armaduras y armas. Al poco tiempo de llegar mientras observaba perplejo la escena, uno de los clérigos me pidio que fuese de inmediato al santísimo. Me dirigí directamente a la gran cámara, alli se encontraban los 3 ancianos.


-Melkior, sientate- me pidió el anciano del centro, mientras los otros dos ancianos permanecian con rostro preocupado y pensativo, yo tomé asiento.


-Santos ancianos mi mision ha sido un éxito, el archimago Tansler yace muerto en las ruinas de Seth Ehnialla-dije con respeto y con la cabeza gacha aunque con gran gozo por el logro


-Has realizado un buen trabajo joven Melkior, pero lamento que una sombra aun mayor se ha cernido sobre el monasterio del corazón sangrante, un gran ejercito de no muertos conjuntado por una legion de guardias negros se dirigen aquí ahora mismo con intenciones de robar los pergaminos del archimago Tansler-dijo el anciano del centro, tan solo hablaba él, de mientras yo con los ojos como platos quede asombrado y aun más perplejo


-Y lo peor de todo es que este ejercito esta siendo encabezado por tu maestro Gerlach Demieter- recalcó el anciano de la izquierda aun sin dirigirme la mirada, yo no supe como reaccionar, tan solo protesté


-Eso es imposible sabios ancianos! El maestro Gerlach jamás...-intente decir pero el anciano del centro me interrumpió


-No cuestiones nuestras palabras Melkior! Poco después de que tu marchases al encuentro del archimago, tu maestro desapareció dejando tras de si los cadaveres de dos novicios que lo encontraron conversando con un nigromante a las afueras del monasterio, la única razón que sepamos esto es que uno de nuestros exploradores logró escuchar la converación y ver lo sucedido, incapaz de salvar a los novicios para poder avisar al corazón sangrante- dijo algo alterado el anciano del centro, mientras yo era incapaz de creermelo, porqué había hecho tal cosa? tenía que haber una razón, sin embargo no encontraba explicación.


-Melkior, comprendemos tus sentimientos hacía Gerlach como tu maestro, y que lo considerabas practicamente como un padre, pero ahora es nuestro enemigo, la vida de todos los habitantes de este monasterio esta en peligro, debes combatirlo junto con todos tus hermanos de fe. -dijo el anciano de la derecha. Incapaz de hablar yo solamente asentí levemente con la cabeza, una mezcla de decepcion, incredulidad y tristeza invadian mi mente


-Ahora vé al patio, protege este monasterio junto con los tuyos-mencionó el anciano del centro. Me levanté y me dirgi al patio, no podía dar crédito a lo que mis oidos habían escuchado. Era incapaz de aceptarlo. Aun así me arme de valor y con mi espada subí por las escaleras de las bajos muros de piedra que protegian el monasterio. Aunque este estaba protegido por el muro, no era mas alto que unos 4 metros, y las puertas de madera eran sencillas de ser destruidas si el enemigo traia consigo un ariete.

Cogí una ballesta que se encontraba en el armero cercano y lo cargué con el primer virote. Todos mis hermanos se encontraban junto a mí, en lo alto del muro. Pasaron los minutos, el viento arreciaba con su gelida temperatura. Pronto el cielo se torno negro y oscuro, con grandes ganas de llover, aunque no caía gota alguna. Finalmente las campanas tocaron, los cueron sonaron por toda la montaña, el ejercito de no muertos era ya visible por todos nosotros. El clérigo encargado de la defensa sostenia la mano, dando a entender que esperasemos a que el eercito de no muertos se acercase un poco más. Cuando el grito del sacerdote sonó, una gran lluvía de virotes surcaron los cielos dando blanco al ejercito de no muertos. Cayeron algunos, pero insuficientes, cuando el ejercito se acercó un poco más, los clérigos empezaron a conjurar grandes oraciones del poder divino del Hacedor, grandes trombas de luz blanca dieron blanco en el ejercito y vimos claramente que un gran numero de no muertos cayeron.

Los novicios y los que eran incapaces de lanzar conjuros divinos carguemos de nuevo nuestras ballestas y disparamos sin vacilar. Aunque logremos mantener a ralla el ejercito durante unos minutos, los clérigos empezaron a agotarse y no eran ya capaces de lanzar tantos conjuros como antes, y los virotes por si solos no provocaban grandes bajas. Cuando el enemigo se dio cuenta del agotamiento de los sacerdotes, una docena de humanos vestidos de armadura negra se acercaron velozmente con un ariete. Los no muertos rodeaban a los humanos para que los virotes no hicieran blanco en los portadores del este mismo. De repente un gran estruendo surgió del ejercito enemigo, una docena de arcanos lanzaron sus conjuros contra los ballesteros del muro, yo cuando vi el gran haz de luz sin dudarlo salté hacía el interior del patio, aunque algunos novicios les dieron tiempo a saltar tambien, muchos cayeron inertes a causa de los conjuros enemigos.

Dejé la ballesta a un lado y desenvainé mi espada. Me dirigí a la puerta, para poder ayudar a mis hermanos a enfrentarnos a la horda de no muertos una vez que atravesaran las puertas. No pasó mucho tiempo antes de que las puertas cayeran frente el poder del ariete. Tras esto, la gran marea de muerte cargó contra nosotros. Nos defendimos con honor, por mi parte no daba a basto y destruía muertos y más muertos, peró nunca se acababan. De uno en uno los clérigos iban cayendo frente al poder conjunto de los no muertos, los guardias negros y los nigromantes. No paso mucho tiempo hasta que solamente quedaba yo. Era extraño pero, solo me atacaban los no muertos, los guardias negros y los nigromantes meramente se limitaban observar el combate. Para evitar que me golpeasen por la espalda, reculé hasta encontrar la pared del muro. Tras unos momentos de indescansable combate, los muertos dejaron de atacar y permanecieron junto con sus amos. De repente vi como uno de los ancianos se acercaba a mí muy mal herido, finalmente cayendo con sus últimas palabras:

-Melkior, no...no permitas que se...-tosía sin descanso, su voz se hiba haciendo más debil- no dejes que se hagan con ...los pergaminos- dijo finalmente hasta que su vida expiró, lagrimas corrieron por mis mejillas, estaba rodeado de muerte, todos mis hermanos habían sido asesinados, mi mirada estaba repleta de desesperación hasta que escuché una voz que me resultaba familiar


-Vaya así que aun estas vivo, me sorprende que hayas sobrevivido a la marea de no muertos, pero sin duda tu acto más memorable es que has sido capaz de destruir a Tansler y salir con vida-dijo riendonse, se trataba de mi maestro, mi mirada se fijo en él


-Maestro...por..porqué porque ha hecho todo esto?-pregunte con lagrimas aun en mis mejillas


-Bla bla bla que porqué que si tal...no os cansais de preguntar todos lo mismo? Lo hize únicamente por un motivo, por poder, un poder mayor que el que puede dar un estupido dios como ese Hacedor-dijo arrogante y mostrando ambos pergaminos del archimago Tansler en sus manos.


-Pero cuando? Siempre me habeis enseñado a vivir de acuerdo con la voluntad del Hacedor...desde cuando os interesaba más el poder que el sendero de la rectitud?-pregunte ignorante e inocente, no sabía como actuar, la persona que en vida mas amaba como si mi padre se tratase, me había traicionado a mi..y a mis hermanos.


-Veo que necesitas saberlo para recapacitar, bueno que importa que lo sepas, moriras igualmente, así te concedere tu deseo. Es muy simple, recuerdas la historia que te conté no es así? En realidad no fue la voz del Hacedor la que sonó en mi cabeza, si no la del dios impenetrable Antiel.-abrí los ojos como platos, no podía creerlo, nos había engañado desde siempre- él me dijo que me hiciera con el poder y que me hiciese fuerte para que pudiese permanecer en su eterno reino. Evidentemente debía obedecer sus designios asi que prepare un plan infalible donde el monasterio del corazón sangrante sería destruido y yo me hacía con los legendarios pergaminos del archimago Tansler.-me explicaba sonriendome con un gran gozo de victoria, yo tan solo no podía creermelo


-Pero porque me salvasteis pues? Porque me entrenasteis para que fuese un clérigo del Hacedor?-pregunte a la desesperada, deseando con todo mi corazón que todo esto no fuese más que una pesadilla mientras dormía en el frio suelo de las ruinas de Seth Ehnialla. Gerlach suspiro y se dispuso a hablar.


-Pequeño discipulo mio, cuan estupido puedes llegar a ser, yo fui quien ayudo a tu hermano a masacrar a tu gente-mis lagrimas cedieron de caer, mi rostro cambio a una furia e ira incontenibles, presionaba mis dientes con fuerza y mis brazos temblaban de la colera- pretendía destruir tu aldea para tener más cuerpos para levantar, sin embargo un dia tu hermano me soprendió, me disponía a acabar con él cuando antes de que me diese cuenta tenia dos estoques frente mi garganta. Me sorprendio que un mero aldeano fuera tan hábil, pero lo más sorprendente de todo es que cuando le conté lo que deseaba hacer él quiso participar, quiso ayudar con una única condición, que a ti no te matase, que lo hiciera cuando mi plan se encontrase en el punto mas álgido, y así va ser, no entiendo el porqué propuso esa condicion pero aun así- encogiendose de hombros, tras esto agarró su espada-sabes que es esto?-negué furioso reteniendo mi ira-es la espada que los ancianos me regalaron cuando fui nombrado clérigo del Hacedor, jamás entenderé tus deseos de ser sacerdote de un dios tan estupido-se puso a reir y la clavo en el pecho del anciano que yacía muerto delante de él. Antes de que siguiese hablando agarré con fuerza mi espada y cargué contra Gerlach, repleto de fúria y odio

-Máldito!!! vas a morir aquí y ahora!!- grité con todas mis fuerzas, sin embargo no eran mas que palabras vanales, para cuando me dí cuenta era ya demasiado tarde. Conjuró rapidamente y sus dedos se convirtieron en dagas afiladas y las clavó en mi pecho. No tuve las suficiente fuerzas para cabar con él, mis ojos empezaron a cerrarse y caí en en el humedo y sangriento suelo. Creí que todo había acabado, que iba a morir, por mi desgracía no fue así, cuando desperté me encontraba enmanilletado en un poste.

Durante 3 días y 3 noches estubieron torturandome, no ví a Gerlach desde que cargué contra él, mis fuerzas, mis ganas de combatir se habían desvanecido, estaba molido tanto físicamente como en espiritu. Al cuarto día al amanecer, dos guardias negros me cogieron de los brazos, y empezarón a llevarme montaña arriba. No podía evitarlo, iba a morir ejecutado, mis muñecas estaban heladas a causa del hierro de las manillas. Al llegar en un claro del bosque a 2 horas de lo poco que quedaba del monasterio de del corazón sangrante, me tiraron y quedé de rodillas en el la fria nieve. Miré de reojo a los muslos de uno de los guardias negros, tenía varias dagas ademas de un espadon en su espalda. Miré de reojo al otro guardia negro que había desenvainado ya su espadon, se puso tras de mí y se dispuso a hundir su hierro en mi nuca. Bajé el cuello hundido, abatido, lo único que había logrado en mi vida era una larga lista de fracasos y traiciones efectuadas contra mí sin poder evitarlo, que inocente había sido, que débil había sido. Pasaron los minutos pero el guardia negro no hendia su hierro en mi carne, les miré, el guardia negro que había desenvainado estaba con su espadon apuntando hacía mi nuca pero no se movía, el segundo se encontraba a mi derecha observando con una sonrisa mi ejecución. Pero, no se movían, mis ojos no podían dar credito a lo que veian, acaso ya había perdido la cordura?. Creía que sí, hasta que una voz grave y estruendosa como un rayo azotó mi cabeza. No entendia lo que decía, pero la voz persistía. Finalmente logre discernir entre estruendo y palabras.

-Mocoso, eres débil-agache la cabeza creiendo que era mi consciencia- pero yo te daré el poder que necesitas para obtener la victoria, dandome a mi la gloria tu seras mi siervo, un clérgio fiel de combate-dijo la estruendosa voz


-Quien eres? -pregunté temeroso y asustado creiendo que me había vuelto loco


-Tarkos es mi nombre-mencionó la voz estruendosa, de repente sentí un dolor infernal en mis muñecas, las manillas se estaban fundiendo y mi piel se estaba quemando, viendo rapidamente la oportunidad, soportando el gran dolor, agarre una de las dagas que había en el muslo del guardia negro y rapidamente la hendí en el pecho del que pretendía ejecutarme.

Volvían a moverse, no sabía que había sucedido exactamente pero no me detuve, rapidamente antes de que el compañero del guardia negro herido pudiese desenvainar su pesada arma, le golpee con todas mis fuerzas en su boca. Me dirigí al guardia negro herido, cogí su espadon que se encontraba a su lado mientras él deliraba del dolor, clavé su propia espada en su corazón definitivamente, y antes de que el segundo guardia negro pudiese levantarse del suelo, rasgué todo su pecho con el arma de su compañero, quedando así moribundo. Me acerqué con más tranquilidad y le ejecuté sin piedad.

Solté el espadon y me arrodillé al suelo orando a Tarkos y dandolé accion de gracias y la gloria que él se merecía. Tras acabar mis rezos me dirigí al monasterio del corazón sangrante. Observé con tristeza a mis hermanos caidos, el olor a putrefacción indundaba el lugar. Me acerqué al cadaver del anciano que aun tenia clavada la espada de Gerlach. Me acerqué y la saqué del cadaver del anciano y dije para mi mismo y para Tarkos.


-Gerlach, con esta misma espada yo muerte te daré- dijé con determinacion. Tras eso quemé los cuerpos de todos mis hermanos para que ningún nigromante pudiese profanar sus cuerpos. M hicé con el equipo que necesitaría y marché a Serena en busca de mi antiguo maestro Gerlach Demieter. Muchos dias pasaron antes de que llegara a Serena finalmente como Clérigo de Tarkos el ejecutor, las quemaduras que me libraron de las manillas se quedarían para siempre en mis muñecas y manos recordando quien me había librado de la penuria y de la verguenza de la derrota.

En cuanto llegué tome asiento en la plaza principal de la enorme ciudad. Allí se encontraban varios ciudadanos. Uno de ellos se me acercó descaradamente, no cubría su pecho y tenia en él varias heridas de garra de leon. Cuando estubo a escasos metros de mí me preguntó


-Ey compadre, cual es tu nombre?-preguntó y yo respondí


-Melkior
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeSáb Dic 19, 2009 12:48 am

Vida en Serena

Hará ya unos meses que permanezco en el reino de Serena, una ciudad aparentemente tranquila. Por lo general no sucede nada interesante, y peor aun no he encontrado nada de informacion sobre mI hermano. Tan solo averigué que mi antiguo maestro se enroló a los ejercitos de Berekost, aun estoy meditando que hacer. Mientras tanto otros asuntos de cierto interes han aparecido en Serena. Uno de ellos es el hijo de Barzook, la gran bestia que gran tiempo ha causo gran destrucción en Eternia. Poco se sobre su hijo, parece ser que posee la sorprendente habilidad de leer la mente. Hace poco corto la ruta de suministros de hierro de Lindelea, por lo tanto Serena estaba bajo grave amenaza. El rey nos envió a mí y un grupo de gentes, la gran mayoria extrañas para mi persona. El viaje fue largo, tortuoso y repleto de intereses personales y rencillas. Con lo sencillo que es viajar en silencio, eso hubiese acelerado el viaje y hubiese sido menos problematico. Lo peor de todo es que fuimos totalmente engañados. El hijo de Barzook solo deseaba apartarnos del rey de Serena para poder robar con sutileza un anillo del propio rey, la corta de suministros de hierro solo fue un cebo, sin duda admiro a ese tipo por su gran inteligencia. Ahora se debe averiguar que hace ese anillo exactamente.

Otro asunto recayó en Serena. Vampiros, parece ser que sesgaron vidas inocentes, entre ellas una sacerdotisa de Belia, sin posibilidad de resucitarlas me vi obligado a decapitar a las difuntas victimas, ponerles estacas y enterrarlas. Se dice que el responsable fue una figura oscura a caballo, sin embargo poco antes de la desgracia vi en el cementerio a dos criaturas que diria que son vampiros gracias a la informacion de cierta figura extraña, parecia tener cierto dominio sobre la nigromancia, en cualquier caso, esas dos criaturas estaban hablando con un supuesto ciudadano de Serena, que por ahora se niega a cooperar. Si la ley no mueve ficha, mucho me temo que sere yo quien deba actuar.

Tarkos guia mi espada, guia mi escudo
Tarkos guiame en la victoria y en la derrota
Tarkos guiame en la vida y hasta la muerte,
Porque sean vampiros, herejes o asesinos
Todos ellos seran destruidos.

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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeDom Dic 20, 2009 9:41 am

*Aplaude*

He tenido tiempo para poder leerme tu historia de principio a fin, y me ha encantado, sinceramente.

Misterio, intriga, sobresaltos en la historia que no te esperas.. simplemente genial.

Enhorabuena, sigue así. Wink

P.D: Y haber escrito sobre el hijo de Barzook y el tema de los vampiros, es todo un detalle. Te veo dentro.
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeDom Dic 20, 2009 10:24 am

graciaas, lamento si es muy larga es que cuando me pongo pierdo la nocion y bueno XD, sobre barzook y vampiros vi que nadie habia escrito sobre las quests que hicimos (almenos yo presente) me hubiese gustado escribir mas pero, como es un estilo diario espiritual/mental de Melkior, bueno es un tio que hasta mi me sorprende lo soso que es XDD y por lo tanto él ve las cosas de manera simple. Y de nuevo gracias
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeJue Dic 31, 2009 2:27 am

Alianzas


Los días se cruzan en mi cabeza, la luna se cruza con el sol, el enemigo con el aliado. A pesar de los meses transcurridos desde mi llegada, la lista de aliados es reducida, y los pocos nombres que hay en la lista son compañeros porque seguimos el mismo objetivo, por el momento. No cometere los mismos errores del pasado, mi confianza esta reducida a 1 persona, John. Aun así siempre le echo 1 ojo para asegurarme de que no hay peligro de que me ataquen por la espalda, sea quien sea. La lista de posibles enemigos es bastante más amplia, y más evidente, intentan llevar una supuesta vida honrada ante los ojos ajenos, sin embargo son mera escoria que debe ser exterminada. Debo andar con pies de plomo y actuar con cautela, todos los habitantes de Serena tienen sus propios intereses, y apuesto que muchos de ellos interfieren con mis propios planes. Por ahora actuare junto con mis supuestos aliados, enfrentarse a los enemigos, siempre vigilando a los que me rodean, pues si existe alguna traicion, el pecador sera eliminado.


Sigo sin averiguar nada sobre mis dos principales objetivos, mi maestro y mi hermano. Viendo que no hay rastro alguno de este último me centrare primero en mi antiguo mentor, la dificultad será que enfrentarme a él sera enfrentarme a Berekost. No me gusta la idea de colaborar con ninguna facción, pero supongo que con el tiempo tendre que luchar junto a Erina para acercarme a mi objetivo. Otro requisito sera aumentar mi poder y mi capacidad para canalizar el poder de Tarkos, algo que voy logrando con el paso del tiempo. Sin embargo las dudas invaden mi cabeza a menudo. Se trata sobre mi hermano, porque no me mato? porque dijo a Gerlach que acabase conmigo cuando destruyera el monasterio del Corazón sangrante? A veces me entra la estupida sensacion que sabía que no iba a morir aquel dia. Por ahora mis opciones son reducidas, por ahora hay que esperar y contemplar las diversas sugerencias que van apareciendo con el paso de los dias. Sobre el tema de Barzook no se nada por el momento, sigo esperando que los archiveros reales me dejen paso para obtener la informacion que busco. Sobre los vampiros he pensado que habra que recorrer la ciudad en su busca, debo obtener un mapa, donde salgan reflejados antiguos pasadizos que ya no se utilizen, antiguas criptas, ruinas, si estan en Serena los encontrare.


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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeMar Ene 19, 2010 2:46 pm

*aplaude* looool me da cosa poner la de mi personaje despues de ver esto!!! joojjojoojjo fenomenal si mas !!! ¬¬ un gustazo leerlo lol!
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeJue Ene 21, 2010 11:37 pm

Susurros al anochecer


A menudo las personas nos empeñamos en que nos conocemos a nosotros mismos y a los que nos rodean, y a menudo suele ser engañarse a si mismo. Las mentiras afloran en Serena durante la noche, susurros en la oscuridad yacen por las calles silenciosas. Mi investigacion sobre los vampiros ha abierto muchas puertas, quizas demasiadas. Gracias a cierto nigromante, que por 2 veces me encontre, pude saber, o más bien me recordó la coincidencia entre la llegada de los Montiesco, una familia noble, con amistad arraigada en el corazon del rey de Serena. Entonces decidí no olvidarme de ellos, aunque no sabía en que categoría debía nombrarlos. Eran víctimas o enemigos?. Me topé una noche con el padre Torneu, y le expliqué mis leves sospechas, el padre por el momento hizo caso omiso a ellas y me pidió que buscase a la señorita Sansa, me dió una carta, que debía ser entregada a esta, decía que era un anónimo, la guardé y decidí entregarsela en cuanto la viese, algo que hizo que me preguntase, porque los vampiros hasta ahora tan solo han asesinado a mujeres? El padre Torneu dijo que podría ser por su belleza e inocencia, cosas vanas a mi parecer.

En cualquier caso, una noche me topé con la señorita Sansa. Ambos fuimos al cementerio para tener una charla en privado, sobre mis sospechas y para poder entregarle la carta anónima. Le entregué la carta y le comenté mis sospechas. Hubo un largo silencio hasta que ella dijo que me apartase de la investigacion, que cada paso que daba me acercaba a la muerte. Entonces supe, que ella era una traidora, desconocía los motivos, pero tan pronto como pudo conjuro para escapar. No paso más que un día antes de que se topara de nuevo conmigo, venía a darme explicaciones. Su rostro estaba enjuagado en lágrimas, y su cara era de expresion triste. Parece ser que sus padres ardieron por algun tipo de acusación, desde entonces tanto ella como su hermano juraron que no les pasaría a ellos, que no morirían. Por eso decidieron convertirse en vampiros, o lo intentaron. Nos usaron a mi y al padre Torneu para llegar a sus objetivos, sin embargo, pagaron caro su traición. Por casualidades de la vida, el hermano de Sansa parecía haber muerto, y ella era incapaz de seguir viviendo sin un ser querido a su lado. Me entregó la carta anónima, estaba escrito que debía huir, que cogiese una cruz de Belia y que huyese, creí que el padre Torneu me había ocultado algo, pues el escritor de esta carta, confiaba en Belia, y conocía la investigación en la que Sansa se encontraba.


También me dió un libro, llamado El pacto de Ysabeth. Sansa ya no tenía motivos para vivir y decidió esperar hasta que le llegase la muerte, y parecía que dedseaba que todos incluido yo fueramos al infierno, desconozco si eso lo dijo por causa del dolor, o si lo dijo deliberadamente, no me importaba. Su traición fue más notoria, me daba lo mismo que quisiese ser un vampiro, no soy un cazador de muertos vivientes, no soy un paladin. Sin embargo, el hecho que nos usara para sus propias metas egoistas, olvidandose de las victimas, siendo complicé por así decirlo de los asesinatos, me ofendió.


El contenido del libro era el siguiente:


El sendero del proselito Py1b
El sendero del proselito Py2
El sendero del proselito Py3f
El sendero del proselito Py4
El sendero del proselito Py5
El sendero del proselito Py6
El sendero del proselito Py7


No entendía la lengua extraña pero intuí lo que estaba escrito, creo. Entendí que la familia Montiesco acusaron de algo a una tal Ysabeth, y la condenaron y la torturaron. Pero Necros, dios de los muertos le dio una oportunidad a la mujer. Tuvieron relaciones carnales, y de su union surgieron los vampiros. Tras hojear el libro vi que habían paginas arrancadas, pero una hoja cayó, estaba suelta. No entendí el significado, pero sin duda llegaría al fondo de la cuestión.

El sendero del proselito Py8


Ahora sabía que la familia Montiesco eran los objetivos, corrían peligro. Así que fui a informar al padre Torneu. Al llegar el templo vi a una joven, rodeada de guardas y siervas segun parece, era la pupila de los Montiesco, en cuanto se fueron a pesar de la incidencia del caballero Sol, pude hablar con el padre Torneu, recalcar que Sol fue la persona que encontré conversando con los vampiros, el día de la muerte de las sacerdotisas de Belia, para mí no existen las casualidades. En cualquier caso, el padre parecío perturbarle cuando le informé sobre la traición de Sansa. Y en cuanto le informé el peligro que corrían la familia Montiesco, me pidió que fuese rápido, que hiciese lo que estaba en mis manos. Salí corriendo del templo, no antes de ver a Sol cerca de la cámara de confesion, no era estupido, sabía que había estado escuchando nuestra conversación.
Llegué a las puertas de las cortes. El carro de la joven estaba a punto de partir y pude informarles en un excaso resumen del peligro que corrían, los guardas no le dejaron hablar a la joven, pero mientras el carro se alejaba pude discernir entre los gritos de la joven “Podreis hablarme en la copa de Alabastro”.

Fuí al templo para informar al padre Torneu, cuando llguué poca cosa pude escuchar, pero supe con claridad que Sol había difamado sobre mi y había convencido al padre Torneu para que le dejase ver el libro. En cuanto el padre me vió me saludó de distinta forma, hasta un desalmado como yo se daría cuenta de los cambios de actitud. Normalmente no me hubiese importado, sin embargo cuando eso pone trabas en mi investigacion... me volvió a ofender. Había olvidado que si sabía algo ahora sobre los objetivos de los vampiros era gracías a mí, le ayudé sin ningún tipo de obligación, pero resulta patético de como la gente se olvidan de los hechos con unas palabras bien mencionadas, un completo desconocido le bastó para hacerle creer que soy algo que jamas pretendí ser. Me arrepentí de colaborar con el padre Torneu, no era más que otra mente débil, que se dejó influenciar por las palabras de un matón de tres al cuarto.

Lo último que compartí con el padre fue lo que me dijo la joven pupila, parece ser que la copa de Alabastro es una competición de nobles, y que el ganador tendrá el derecho de compartir un momento de intimidad con la joven y el derecho de ser su esposo. Estupideces, meras estupideces, debía exibir mis poderes ante unos nobles pedantes, adinerados y egoistas para poder avisar a alguien del peligro que corría. No me quedaba otra opción, si quería salvar a esa familia, debó participar y ganar. A partir de ahora, la investigación la llevare yo mismo, no tengo porque compartirla con nadie, fue un error contar con el padre Torneu y ahora mismo la única persona de la cual podría fiarme es de Sir Héctor de Meris, hermano de fe, pero no le quitaré un ojo de encima, cada vez me doy más cuenta que no puedo confiar en nadie, y si quiero salvar a esa gente solo puedo contar conmigo mismo, mi espada y mi señor Tarkos. No habra tregua para los que se interpongan en mi camino.


//Agradezco a DM_Ansia por su esfuerzo tanto en la quest como para mantener un buen ambiente de rol en ella, tambien por su gran esfuerzo por haber editado estas imagenes tan sorprendentes Saludos a todos
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Ene 22, 2010 7:48 am

*Sin palabras*

Gracias a ti por escribir sobre ello, en serio.
Tener la oportunidad de leer algo en lo que has participado, emociona. Wink

Una vez más, enhorabuena.

Te veo dentro.
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Ene 22, 2010 12:31 pm

que crack!!!! *aplaude*(no se si pedirle que escriva la historia de mi pj)*se va pensativo con las manos en la espalda cual jubilado en su dia de fiesta* ¬¬
cheers
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Ene 22, 2010 6:43 pm

Que maravilla a todos en el desarrollo de esta tramilla , muy requetebonito
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Feb 19, 2010 12:06 am

Una constante melodía


Día tras día, noche tras noche, tan solo me imagino el amanecer sangriento que tanto espero, el agobio me desborda y soy incapaz de dar cuentas con quienes se lo merecen, Gerlach e Ithilien, deben morir.
A pesar de que no hay nuevas sobre mis eternos objetivos, siempre estoy alerta, listo para desenvainar. Por donde empezar cuando la mugre la encuentras en cada paso que das en el sendero de la propia autodestrucción. Ah...sí, poco despues de descubrir de la poca fiabilidad del padre Torneu, hubo una gran tormenta, normalmente este tipo de cosas no son relevantes, sin embargo entre las embestidas del fuerte viento y las constantes gotas de agua que arreciaban la ciudad, pude discernir un caballo, el caballo del mismo jinete que asesinó a las sacerdotisas de Belia, o eso creo. En cualquier caso, alertado busqué donde podía encontrarse el dueño del caballo, finalmente llegué al puerto. Era una masacre, quizas docenas de cadaveres, nadie había sobrevivido, excepto un sujeto, el cual rapidamente identifique como vampiro. Vinieron varias personas, algunos defendian el sujeto...otros se alejaban de él, en cualquier caso afirmó ser un paladin de Belia, y entonces comprendí que fue quien alertó con su cara a Lady Sansa. En cualquier de los casos, jamas bajo la guardia, me pidió agua bendita y cuando yo se lo otorgué rápidamente fue tras Lady Aesha, aunque gracias a una conjuradora, el paladin recobro el sentido sin causa incidentes, sin embargo este cayó. Y aporveché para llevarmelo lejos de la ciudad, en un principio, lo hubiese llevado al templo, sin embargo no podía confiar en nadie. Alerté a un ciudadano para que los guardias se encargasen de los futuros vampiros, si no eran decapitados y estacados. Cuando llegué al sendero de los robles, junto con unas personas que me siguieron, le dí de beber al paladin, agua bendita, esta le ocasionó graves daños, mientras el agua bendita hacía su trabajo ví entre los espamos del sujeto como se agarraba a una cruz de Belia y como rezaba. Cuando se recuperó hizo amago de marcharse, me dijo que volvería para informarme, le dejé marchar.


Días despues supe que regresó en mi ausencia, sin embargo lo que dijo ya lo sabía, ya que fuí yo quien entregué a mi pesar el relato de Ysabeth al padre Torneu. Solo se que un noble deseaba el colgante de Ysabeth el cual paró en manos de Lady Aesha, sin embargo el paladin que se hace llamar Vladimor creo saber que se lo arrebató, y hechizó a Lady Aesha y a Lady Cele. Fue un error no retener a ese tipo en su debido momento. En cualquier caso, la copa de Alabastro dió comienzo, y la verdad es que la primera prueba alejó bastante mis posibilidades de poder alertar a Lady Atilia. Ser jinete de un caballo jamas fue lo mio, seguiré intentandolo pero tengo mis dudas de ganar en unas pruebas un tanto inutiles, sería más sencillo duelos...el mejor en general ganaría y creo tener gran posibilidades de ganar en los combates, pero las pruebas de dicha copa, son...un mero paripé que debo seguir si deseo salvar vidas.


En respecto a otros temas, muchas cosas suceden, las personas parecen en insistir en quitarme el yelmo, cosa que no me agrada y no haré. Y mi confianza se reduce en pocas personas, y no muestro dicha confianza para que no se sientan con libertad de traicionarme, siempre les observo y siempre me aseguraré que no les deje via libre. Mencionar que hace pocos días Gerlach estubo en la ciudad de Serena, estoy casi seguro pues un conjuro del templo de Antiel me afectó, sin embargo logré recuperarme, sigo esperando, buscando la manera de lograr mi mision, Eliminar a Gerlach y finalmente a Ithilien, mientras tanto eliminare, asesinare y exterminare a cualquier amenaza que suponga la destrucción de vidas inocentes, sean asesinos o vampiros, y dare fin a esta melodía que nunca termina.


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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Mar 05, 2010 2:54 am

Brrrutal!!! xD


Bravo tio, muy muy chula, si señor ^^
Asesinatos, traición, vendetta!!

Parece una novela de detectives en plena edad media-fantastica Razz
No, mejor incluso ^^
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Mar 05, 2010 4:10 am

Shocked

Me han encantado los relatos, en serio, muy muy chulos. Y hasta sale mi Aesha y todo¡¡ xDDDD
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Mar 05, 2010 6:40 am

cheers Muy buen relato tio. cheers
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeMiér Mar 10, 2010 2:12 pm

Como siempre, un placer leerte. Wink
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MensajeTema: La muerte en el olvido   El sendero del proselito I_icon_minitimeSáb Oct 23, 2010 7:13 am

La muerte en el olvido


La muerte, es el destino que todos compartimos por igual, por eso todo ser vivo esta a la misma altura, toda la vida es igual de fragil. Sin embargo, aunque la gente es sabedora de este hecho, se niega a morir. Algunos se agarran tanto a la vida que roza la vanidad, vivir por vivir. Y otros desprecian la vida como un terrible castigo. Supongo que yo soy del ultimo grupo, espero con ansias el dia que pueda poner fin a mi vida, sin embargo antes debo cumplir con mi comision, con mi destino, o mi vida sera en vano. Un mero hecho que habría que olvidar. Ironicamente son tantas las veces que he escapado de la muerte que resulta hasta humoristico mi forma de pensar. Odio el humor, una incomprension para mi capacidad de entendimiento. Supongo que deje de comprenderlo cuando dejé atras mi humanidad, con las cenizas del monasterio del Corazón Sangrante. Tarkos lo sabía, supongo que fue por ello que me escogió para un cometido tan sencillo de comprender como la venganza. Sabía que si yo moría me llevaría tantos enemigos como pudiese conmigo. Siempre me dije a mi mismo que mi trabajo no era llevar a todo el mal bajo el yugo de Necros, era asegurarme que cuando yo fuera allí, estubiera lleno.

Recientemente la gente pensaba que yo había desaparecido de la faz de Eternia, sencillamente creian que había muerto. Supongo que es normal si se difunde el rumor y oculto quien soy, hasta ahora. Todo sucedio más rapido de lo que creí. La maga Alice y yo fuimos al cementerio de Elorah para recibir la información de una de mis fuentes. A pesar de la neblina del lugar, el cielo estaba despejado, al poco rato vimos una figura al fondo del lugar, era la fuente, sin embargo cuando se acercó lo suficiente, empezó a darle espasmos y a vomitar abundantemente un liquido negro y espeso, el cual empezó a formar bolas y a flotar por el ambiente. Pedí a Alice que se fuera, sabía que esto era una reacción hostil, ella a regañadientes se fue. De pronto dos manos surgieron del interior de la boca del hombre, estas empezaron a empujar la boca para que se estirara y de pronto salió el cuerpo entero del hombre, dejando solo su piel como un mero disfraz. Se trataba de Irkalla, el devorador de almas. Sabía de él y de hecho habíamos colaborado juntos por un bien mayor, sabía que tarde o temprano iría a por mi, sin embargo no me esperaba que fuera en ese preciso instante.
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Sin mediar palabra extendió su brazo, y de su mano empezó a salir un estoque. Tras eso empezó a darle espasmos de nuevo y empezó a salir mas bolas negras de su cuerpo. Yo aproveche para orar a Tarkos, de pronto el cielo se oscureció, las nubes nublaron el lugar, y empezaron a caer rayos sobre mi, cada uno de ellos fortaleciendome. Una vez el ente acabase de hacer espasmos vino corriendo hacía mi posicion, pude bloquearlo con mi escudo, rapidamente volvió a efectuar un golpe de estoque sin embargo esta vez pude esquivarlo, antes que pudiera recuperar la posicion hice un corte, que resulto dar al aire ya que Irkalla se agacho a tiempo. Sin embargo aproveche la altura extender mi mano hacía él y efectuar un rayo que surgio de mi mano golpeandole, Irkalla fue impulsado hacía atras, sin embargo pudo bloquear el conjuro con su estoque. Sin embargo no cedí la oportunidad para volver a conjurar, sin dejar de extender la mano musite unas palabras y un gran agujero surgió entre Irkalla yo, absorviendolo todo a su alrededor, clave mi espada en el suelo para sujetarme. Cuando el agujero se cerró, no había rastro del devorador de almas, rápidamente conjure para obtener los ojos de Tarkos, haciendo brillar mis ojos de un intenso azul, rápidamente comprendí que Irkalla se preparaba para atacar por detras, aunque no supe por donde, así que extendí todo mi cuerpo y otro rayo cayó sobre mi, tras eso Irkalla surgió de una bola negra que había detras de mi, pude esquivarlo, sin embargo cuando me preparaba para contraatacar, él ya no estaba, de pronto salió de otra bola que habia a mi derecha, esta vez lo bloquee, sin embargo de nuevo volvío a desaparecer, de repente salió frente a mi, derribandome. Caí al suelo violentamente, e Irkalla aprovechó para golpearme varias veces, aunque cada golpe que efectuó me provoco graves heridas, Irkalla por cada golpe que efectuaba contra mi se debilitaba a causa de los rayos que emanaba mi cuerpo. Cuando pude levantarme golpee al aire para que Irkalla retrocediera y pudiese levantarme. Ambos estabamos heridos de muerte y ambos sabiamos que el próximo ataque sería el último. Tome la iniciativa y tiré mi escudo al suelo, ya que mi brazo derecho estaba gravemente herido. Rápidamente cargué contra el devorador efectuando un golpe letal. Vi como Irkalla era partido por la mitad por mi espada, sin embargo antes que pudiese acabar el recorrido de mi espada un estoque surgió de una bola negra que había debajo mio perforando mi armadura y pecho. El resto de su cuerpo salió y yo cai al suelo debido a mis heridas. Irkalla se acercó a mi y apoyó su estoque en la herida de mi pecho y empezó a absorverme el alma.
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Sin embargo Alice, apareció de la nada y me teletransporto junto a ella a la posada de la Sirena en Serena. Cuando nos fuimos, Irkalla extendió todo su cuerpo y empezo a reir emergiendo de su cuerpo y las bolas cientos de voces al unisono disfrutando del momento. Cuando desperté en la posada pedí a Alice que difundiera el rumor que había muerto. Día tras día debía hacerme más fuerte para que llegado el momento, las tornas del combate sean totalmente diferentes. Fue así como llegué a estar muerto sin llegar a morir. Una muerte que hace años se cumplió dejando atras todo lo que tenía. Desde entonces solo vivo y viviré para acabar con mi hermano y mi maestro. No importa quienes se interponga, Irkalla, Berekost o Erina, nadie me detendra. Una vez mi maestro dijo que la muerte nos sonrie a todos, así que debiamos devolverle la sonrisa. Lástima que yo no pueda sonreir porque sin duda él sera el primero en caer.
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MensajeTema: Re: El sendero del proselito   El sendero del proselito I_icon_minitimeVie Dic 10, 2010 1:12 am

Los fantasmas del pasado



Los dias pasan en Serena como la neblina durante las primeras horas de la mañana. La aparente tranquilidad de la cual disfruta la ciudad no es mas que una mascara que los hombres pretenden mantener para asegurar el poder.
El sendero del proselito Coronaj
Mientras tanto muchos son los asuntos que recorren los lares de la ciudad humana. Uno de ellos es lo que parece el inminente ataque de un reino que "supuestamente" es de mas alla de las estrellas. Quien sabe, quizas sea cierto. Han tentado a Serena, si destruyen Erina, la ciudad neutral sera salvada, y el resto de Eternia tambien. Sin duda llevan mucho tiempo observando a los humanos, sabiendo que su gran mayoria darian lo que fuese por seguir viviendo.
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Sin embargo hay otro tema del cual quiero destacar, pues es la razon por la cual me encuentro en la situacion actual. Como fugitivo y secuestrador, que ironia, con lo poco que me gusta la gente y me he visto obligado a secuestrar a una persona, en concreto una niña, y para colmo noble. Noble, un titulo vanidoso el cual se otorgan los hombres asi mismos para denotar un falso poder. Dejando atras mis opiniones sociales, seguire con el punto que queria destacar. Para empezar, mientras estaba en mi banco meditando sobre las posibles variables de teorizar sobre una posible coincidencia de averiguar el futuro, el pregonero de la ciudad fue anunciando sobre la desaparicion de la hija de los condes Riverhod. Tenia entendido que eran de los nobles mas antiguos de Serena, con muchas generaciones de por medio. Sin embargo la niña era inocente, por muy hija de nobles que fuera, asi que pense que era buena idea conversar con los Condes para averiguar los sucesos ocurridos durante la desaparicion de su hija. Fui a las cortes acompañado de varios aventureros , y tras llegar vimos a una mujer saliendo del castillo derramando lagrimas, no se porque pero me dio la sensacion que era la Condesa, asi que decidí conversar con ella, efectivamente era ella. Averiguamos que la hija habia desaparecido durante la clase de hípica, y que su profesor estaba mal herido y que había perdido la cordura. La niña había desaparecido en el sendero de los robles. Mientras el resto de aventureros fueron a hablar con el padre Clemencio, yo fui a prepararme para ir al sendero. Una vez preparado fui hacia el bosque, y me topé con los aventureros que se habían adelantado. Tras seguir un largo trecho entre los robles, nos topemos con un caseron que habían mencionado con anterioridad. Dada la coincidencia decidí echar la puerta abajo. Tras unas pocas escaleras, encontremos una sala, la cual con solo entrar recibimos el ataque de varios lobos y licantropos.
El sendero del proselito Hombrelobo2
Mientras yo curaba a los heridos, los aventureros lucharon hábilmente hasta que llegamos a una habitacion. En ella se encontraba a la niña, incosciente en el suelo. Sus ropas estaban rasgadas, así que pensé lo peor. La desvestí y vi que en su nalga derecha habia la mordedura de un licantropo. Supe desde el primer momento que encontrar una cura era prácticamente imposible, inconcebible, sería como intentar curar la propia muerte, o el vampirismo. Así que puse mi mano derecha en la espada de Gerlach, que siempre llevo encima, mientras los aventureros estaban atendiendo a la niña, me preparaba para darle el golpe fatal, sin embargo, una extraña sensacion invadio mi cuerpo, impidiendo que diese muerte a la niña, el resto no se dieron cuenta, sin embargo me había dejado llevar por la lástima, la clemencia y fui compasivo. Aleje la mano de mi arma, y cogí a la niña en brazos, me mentia a mi mismo creiendo que aunque los sacerdotes del templo no podian curarla, si podian retener la maldicion. Fui un ingenuo, pocas horas despues, durante mi ausencia, el profesor que tambien estaba infectado y la niña se transformaron, huyendo de la ciudad dejando tras de si una veintena de infectados, todos ellos desaparecidos. Ahora en Serema hay 20 licantropos que morderan y mataran a todos los que puedan durante la proxima luna llena. Cometí un grave error, y no podia permitirme esto, decidí arreglarlo por mi mismo. Mientras meditaba los planes junto a Kiouji y otros aventureros, por delante nuestro pasó un carro, dentro de él habia un hombre junto a la niña infectada, aunque no daba crédito a lo que veia fui rapidamente a las cortes, tras de mi vinieron tanto Kiouji como los aventureros. En las cortes yacía el carro, y una legion de centuriones custodiando la entrada del castillo, y por encima de las escaleras estaba el hombre, la niña y la Condesa, alegre, quizas por recuperar a su hija. No podia permitir esto, si lo hacía mi error se convertiria en la calamidad de muchos. Decidí intervenir, a pesar de todas las consecuencias que pudieran acarrearme. Mi vida vale menos que la de un inocente. Me escondí destras del carro, y desde su seguridad extendí mi brazo derecho convocando la oscuridad en la zona. Aprovechando la confusion, atravesé las línias de los centuriones, y agarré la niña amenazandola con una daga. Debía mantener a las personas alejadas, o no podria llevarmela. Sin embargo ocurrió algo que no esperaba, un individuo alado llamado Silas, antes que pudiese darme cuenta había agarrado la mano donde sostenia la daga. A pesar de mis intentos de la diplomacía, se negó a soltarme, mientras tanto los centuriones aprovecharon para abalanzarse sobre mi. Intente desaparecer mediante el santuario junto a la niña, sin embargo entre la guardia y el individuo alado entorpecieron mis movimientos, incapacitando así mi poder. Sinceramente creia que había fracasado, sin embargo inesperadamente los aventureros que lucharon junto a mi la noche pasada para rescatar a la niña me ayudaron. Una de ellas, una clériga invoco a un leon el cual derribo a un centurion que me estaba agarrando. Un arcano conjuro un manto de invisibilidad sobre mi, confundiendo al resto de centuriones, sin embargo aun me tenian agarrado el individuo alado y un centurion. Kiouji se preparó para derribar a Silas, sin embargo el hombre que iba en el carro junto a la hija de la Condesa, se interpuso y hizo caer al guerrero. Viendo la situacion, no tenia opcion, sacrifiqué mi propia sangre para invocar a Tashera, un dragon que nació de los truenos de Tarkos.
El sendero del proselito Dragonverde
La inmensa bestia cayó frente mi y de los soldados. El dragon se preparó para lanzar una rafaga de truenos contra mi zona, amenazando la vida de la niña. Grite claramente, que si no me soltaban el dragon mataria a la niña. El centurion me soltó y poco despues Silas tras prometerle que no mataria a la cria. Cogí a la niña en rbazos y subi a Tashera, Kyo y los aventureros subieron tambien, algunos de ellso tubieron que ir en la garra del dragon. Tras estar preparados Tashera alzó el vuelto antes que los centuriones pudieran reagruparse. Finalmente lleguemos a Elorah, como fugitivos y enemigos del reino de Serena.
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