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 Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)

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Fusti

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MensajeTema: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeMar Ene 26, 2010 10:10 am

Hace 5 años, cuando yo solo tenía 14, era hijo de un pobre noble que dominaba una pequeña
extensión de tierra en la que se alzaba un modesto pueblo. Estaba yo en la casa familiar,
en la zona de la biblioteca, cuando escuche una conversación entre la nueva criada que había
sido traída a la casa, y la ya anciana que estaba acompañando desde siempre a mi padre.
La joven criada estaba preguntando, con un tono buscón, por un joven de blondos, cortos y
despeinados cabellos que había visto pasear por la casa, cuando la anciana la reprendió con
fuerte gritos:
- ¡En que diablos estás pensando!¡El único joven que responde a esa descripción en todo el
pueblo, es el señorito Alaistter!¡Así que olvidad la idea que rondaba por vuestra mente!
Ahora, vaya a buscarlo, debe estar en la biblioteca, como siempre, pero el amo lo ha hecho
llamar al campo de entrenamiento de la parte trasera de la vivienda.

Escuche los rápidos y temerosos pasos de la criada acercarse a la puerta de la habitación en
que yo me encontraba, y cuando llegó, la abrió muy agitadamente:
-¿Señorito Alaistter? -dijo mientras buscaba con la mirada, hasta dar conmigo leyendo un libro
sentado en la repisa de la ventana, mientras de vez en cuando escribía algo en un pequeño
cuaderno que tenía en las piernas.

- ¿Ocurre algo? -Me quedé mirando aquel bello rostro, con morenos cabellos caidos sobre él, lo
cual la confundió y dejo muda unos instantes.

- Disculpe, soy la nueva criada, puede llamarme Christine.

- Vaya, me gusta ese nombre, Chris -la corté rápidamente.

- Perdone, pero su padre le ha hecho llamar en la zona de entrenamiento. Debería apresurarse
e ir.

Me levanté, y tranquilamente, mientras tenía en mi mano, abierto, el cuaderno en el que tenía
mis escritos, me dirigí a dejar ordenadamente el libro en la estantería. Seguidamente fui
acompañado de la criada hasta el lugar indicado, donde mi padre esperaba furioso.

- ¿¡Porqué has tardado tanto!? ¿¡Y qué diablos haces apareciendo aquí sin una armadura, y con
un estúpido libro!?

- Padre -respondí rápidamente- a veces es mejor preparar una batalla favorable, a salir
simplemente a luchar, y para ello hace falta preparar la mente con el estudio de diversas
estrategias y formaciones.

- Eso son memeces -contestó airadamente lanzandome una pesada espada larga de madera- Si no
eres capaz de defenderte, entonces de nada sirve todo eso que estás diciendo.

- Padre -le corté rápidamente- os aconsejo no lanzarme un ataque lleno de ira, tengo el terreno
a mi favor y conozco la mayor parte de tus movimientos, así que, con toda la servidumbre aquí,
no conviene que hagas un ridículo, deja luchar al guarda.

Mi padre, furioso por mis palabras un tanto arrogantes, salto colérico hacia mi, y cuando se
encontraba a escasos 5 metros, me escuchó:

- Ataque vertical al brazo de la espada, seguido de una patada a la pierna izquierda, y
después del fallo de esta, revés horizontal a la altura del hombro -mientras decía esto último
iba resultando lo primero con unas simples esquivas laterales y un leve salto hacia atrás-
Después, posibilidad de alargar el combate, o precipitarme rápidamente con la espada al cuello.

Y después de decir esto último, me deslicé por debajo del revés de la hoja enemiga, y apoyé mi
espada en el cuello de mi padre.

- Te lo dije, conozco perfectamente tus arrebatos de ira, y eres predecible, aunque, ¿qué
esperabas despues de 4 años haciendo lo mismo, día tras día?

Mi padre, algo atónito, pues era la primera vez que hacía uso de sus puntos débiles de una
manera tan evidente, empezó a reir, forzadamente:

- Ese es mi hijo, no podía ser de otra manera. El pequeño Alaistter ya es un hombre digno.

- ¿Ah si, padre? Entonces vamos a tu despacho y tratemos otro tema.

Sorprendido, me siguió al despacho de la casa; era una sala no demasiado grande, pero que
parecía bastante espaciosa. Tenía en el centro, enfocada por la luz de una ventana, una mesa
con varios cajones, llenos de documentos de importancia, una pequeña estantería con libros
de informes de mi padre, y un pequeño sofa para las visitas, en el que yo me acomodé.

- Padre -dije, sin siquiera esperar a suscitar su duda- quiero hablar sobre las cartas de
amenaza que llegaron contra el pueblo.

- ¿Cómo sabes tu de esas cartas? -respondio sorprendido y con una leve muestra de enfado en
su cara.

- Obviamente, las encontré en los cajones de esta mesa, cuando un día, olvidaste una en la
biblioteca, y provocaste mi curiosidad.

- Y bien -dijo ya con cierta desgana- ¿qué es eso que quieres decirme?

- Es simple, no estás tomando en serio para nada esas cartas. Yo puedo asegurar que vendrán
una noche, entre mañana y el fin de esta semana. Y por esa razón, quería hablar contigo el
plan que he trazado para defender el pueblo. Tenemos ciertos lugares con ventaja de altura o
dificultad para...

- ¡¡¡SILENCIO!!! -dijo, cortándome por completo- No quiero que nadie me diga lo que tengo que
hacer con los rufianes que se atreven a tomarme el pelo con esas memeces.

- Te repito que no son memeces, según las 3 cartas que he podido leer, van muy en serio.

- No sigas con esas estupideces, se te ha metido en la cabeza que todo el mundo trama cosas
como las que lees en los libros, y no es así. Este tema queda zanjado, y no quiero que vuelvas
a mencionarlo nunca.

Salí frustrado de aquella sala, y me dirigí a mis aposentos, en los que pasé reflexionando
sobre lo ocurrido un buen rato, ignorando incluso la cena. Pasadas unas horas para mi sorpresa,
llamó a mi puerta la nueva criada. Cayó de rodillas en el suelo y empezó a hablar con voz
temblorosa:

- Perdone, pero no he podido evitar escuchar esa discursión que acaba de tener con su padre;
debo decirle, sin embargo, que escuché a la vieja criada decir, que estaba cansada de llevarle
al señor las estúpidas cartas de la misma persona todas las semanas, siendo la de esta semana
la octava ya.

- ¿¡¡QUE!!? -grite mas por sorpresa que por enfado, cosa que la muchacha malinterpretó.

- Perdoneme, yo no quería escuchar esa conversación y se que no debía hacerlo...

- No no, eso no. Si lo que dices es cierto, yo conozco menos de la mitad de la historia. Es
muy probable que el ataque que predije, se produzca hoy, aunque lo mas extraño es que no se
haya producido aún.

Casi no había terminado de decir eso, cuando se escuchó ruido de cristales, y un fuerte grito
en el piso de abajo de la casa. Nos apresuramos en bajar, pero de camino, por las escaleras,
pude observar que el pueblo estaba siendo atacado por un gran grupo de bandidos y mercenarios.
Decidí volver a mi habitación rápidamente, para colocarme ropas de combate y meter en una
bolsa ropas de viaje, y en cuanto lo hube hecho, bajé donde me esperaba la joven críada.

Buscamos rápido el lugar de donde provenían los gritos, y acabamos llegando al salón de la casa
donde pudimos ver el final de un horrible espectáculo, en el que un tipo, que parecía el lider
del grupo que había atacado el pueblo, precedido por 5 hombres mas, acababa en escasos segundos
con rápidas y precisas puñaladas, con los pocos guardias que aún quedaban en la casa.
Encontrabanse frente a mi padre, pero cuando este se giró a mirarnos, lo único que vimos fue
la cara de espanto mas horrible que jamas habíamos visto.
El lider del grupo, se acercó a mi padre mascullando frases en una jerga que entre el alboroto
y las palabras de terror de la criada, no logré comprender, y seguidamente en el mismo tiempo
mi padre lanzó una poderosa estocada directa al pecho del rufian que lo acosaba, pero éste,
con un elegante giro, se colocó cara a cara con mi progenitor, asestándole una mortal puñalada
en el corazón, mientras sonreía de placer.
Justo ocurrió esto, cuando uno de los secuaces del malvado, saco una ballesta y disparó hacia
nosotros, pero para mi sorpresa, el virote no se incrustó en mi pecho, sino en el de la
muchacha que había tras mi.
Medio paralizado por el miedo de una situación tan adversa, tenía mis pensamientos bloquedaos,
pero cuando el lider giró en redondo para enfrentarse conmigo, brilló en el la luz de la
lámpara, iluminando a la vez su cara y mi mente.
Con un rápido movimiento, saque un pequeño cuchillo, y lo lanzé contra la cuerda que tendía la
lámpara del techo, cayendo esta justo delante de los bandidos y provocando un fuerte fuego en
el centro de la sala, separándome de ellos.

Salí corriendo lo mas rápido que pude, y en la salida de la zona de entrenamiento, camino de
la puerta trasera de la casa, encontré a la vieja críada tendida en el suelo, mientras
sangraba por el abdomen.

- Señorito Alaistter -dijo con dificultad cuando la incorporé un poco- debe usted marcharse,
rápido.

- Pero, ¿cómo iba a dejar todo esto abandonado, siendo en parte mi culpa?

- Sabía... que diría eso. Las cartas, fueron ocultadas por orden... del señor, no debes...
culparte por algo que no... podías saber.

- Pero, ¿porqué las ocultó?

- Eso es algo que... solo él sabe. Pero tu... no debes... morir por ese mal acto... -soltó un
último suspiro y esas fueron sus palabras finales en esta vida.

Sin tener muy claro como actuar, me alejé de la casa por el bosque que había tras de ella,
solitario, pensativo, intentando explicarme a mi mismo como había podido ocurrir todo esto
mientras yo estaba ignorante, y finalmente, cuando llegué a una posada cercana, después de
comer algo, pues al saltarme la cena de la última noche me encontraba hambriento, me tumbé
alicaido en la cama, y al abrir la bolsa, encontré una carta, a nombre de mi padre, que decía

"Alaistter, espero que estes leyendo esta carta, pues eso significa que aún estás vivo, te
dejo estas palabras, para que puedas avanzar en tu vida como tu elijas, sabiendo lo que
ocurrió en la última noche de nuestra noble casa. Todo lo acontecido durante esa luna, fue
provocado porque esos rufianes pretendían deshonrarme públicamente, y es algo que sabes que no
puede permitirse para alguien de mi puesto. Dicho eso, voy a omitir todo tipo de detalles,
pero es elección tuya como vivas tu vida.

Te Padre, Hector."

Y con esas palabras, me quedé incrédulo mirando la carta, como si de una broma se tratase,
hasta que despues de una hora de buscar posibles significados ocultos en la carta, me
convencí a mi mismo de que todo el pueblo que había conocido como hogar, había sido destruido
por el egoismo de un hombre que se hacía llamar mi padre.

Con un arrebato de ira, desenvainé la espada y destrozé varios muebles de la pobre habitación,
hasta que ya tranquilo, me mentalicé de que poca bondad quedaba en este mundo en el que gente
como mi padre, podía acabar con tantas vidas, por una simplez como esa, y con esa idea en mente
me decidí a preparar mi vida a conciencia para no se utilizado de la misma manera que lo habían
sido las gente de aquel pueblo, que ahora yacía destruido.


//Esto es la introducción, aunque me he extendido mas de lo que tenía en mente >.> seguiré posteando según tenga tiempo e ideas.
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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeSáb Ene 30, 2010 12:17 am

//Dejo aquí la primera parte de la trama de Ildemor como dijo Tauro. Como esto se mete en el medio de la historia del pj, cuando la vaya alargando, ya modificaré el orden de los posts para ponerlos en orden cronológico.

Trama de Ildemor (Criptas)

Un día, en la luminosa ciudad de Serena, un anciano encomendó a nuestro grupo de aventureros
la búsqueda de una llave en las profundidades de una cripta, que se encontraba en el
cementerio de la misma ciudad. Algunos movidos por la compensación económica que prometio
nuestro inteligente contratante, otros, solo por interés en el asunto, fuimos a adentrarnos en
aquel oscuro lugar, en el que no sabíamos que nos esperaba.

Íbamos introduciendonos cada vez mas en aquella tenebrosa cripta, y paso a paso, se podía notar
como una leve brisa, invisible y fantasmal, acariciaba nuestra piel, dando lugar a una
sensación de frío y muerte, que apuesto a que todos notaron, pues sus rostros así lo indicaban.
En nuestro caminar, los adelantados combatientes que formaban nuestro grupo, se batían en
innumerables batallas contra terribles muertos vivientes, marcados todos ellos, con las siglas
A.Y.A en sus prendas. Parecía que estabamos ya alcanzando el lugar indicado por el anciano,
pues nos encontrabamos frente a una amplísima sala, no menos oscura que el resto de lúgubles
pasillos, en la que parecía haber una presencia malvada. Pero para sorpresa nuestra, la sala
estaba vacía y solo encontramos en ella unas escaleras a un nivel inferior.

Johan, valiente y curioso, se dispuso a bajar el primero, y cuando el resto le seguimos,
pudimos ver que había sido emboscado justo en la salida de dichas escaleras.

Hubo una dura batalla hasta que dominamos nuevamente la posición, gracias al plan de atraer a
los enemigos hasta la pequeña entrada que había colocada cerca de las escaleras, reduciendo
considerablemente el número de enemigos a vencer de golpe, que propuse rápidamente.
Poca fortuna para nosotros fue el perder en esa emboscada a uno de nuestro compañeros que quedo
herido de gravedad e inconsciente por ello, y ello ocasiono el tener que llevarlo a hombros
hasta completar la misión, pero, cuando decidimos avanzar un poco mas, fuimos empujados por un
fuerte viento que nos hizo detenernos por completo.

Pudimos observar una situación poco alentadora, ya que frente a nosotros se presentaba una
sala aún mas enorme que la del piso anterior, plagada de muertos, esperando nuestra llegada.
Johan, seguido de la mas experimentada combatiente que nos acompañaba, se acercó con intención
de parlamentar con algún enemigo con algo de sentido común, y cuando me acerqué a ver si podía
sacar algo en claro de ese intento de comunicación, solo pude ver como la marabunta de
cadaveres se avalanzaba sobre nosotros.

El resto de nuestros compañeros, no tardó en ponerse a nuestra altura para combatirlos, y tras
una intensa batalla, daba la impresión que que dominábamos la situación.
Estaba todo el grupo tratando de exponer ideas sobre como actuar en ese momento, cuando el
viento se hizo notablemente mas fuerte, y yo, al acercarme un poco a ver que había mas adelante,
pude ver cláramente como quedaba aún un gran número de enemigos, liderados por un extraño ser
que se encontraba en lo alto de un altar. Sorprendido, decidí alejarme por precaución, y casi
instantáneamente, aparecieron unos enemigos que nunca había visto. Sin poder reaccionar
apenas, se observo como la mitad de nuestro grupo cayó sin causa visible para mi, y la totalidad
de estos sorpresivos enemigos se desvaneció ante los filos de las espadas de los rápidos guerreros.

Los que aún quedabamos en pie, estabamos alterados, con ojos en todos los lugares, y con poco
tiempo por lo visto, para pensar. Fue rápida la intervención de los miembros mas veteranos,
cuando rápidamente, con sus medios, ayudaron a recuperarse a los pocos caidos, y decidimos
dividirnos para asaltar a los enemigos que restaban en la sala. Impensablemente para nosotros,
dichos enemigos fueron excesivamente poderosos, y nos hicieron retroceder en primera instancia,
pero una vez medidas sus fuerzas, y viendo que los combatientes menos preparados no tenían
posibilidad, las expertas guerreras acabaron con los últimos muertos, dirigiendonos todos a
interrogar al lider de todo el movimiento.

Johan se adelanto nuevamente para dicho interrogatorio, pero el arrogante jefe, acabó atacándonos, y
siendo derrotado ante un número superior de rivales al que podía hacer frente. Tras su derrota,
apareció un esqueleto ante nosotros, pero no era como los demas; arrancó el corazón el
nigromante, y entregó una piedra a un miembro de nuestro grupo. Obviamente, se trataba de la
llave que buscábamos.

Parecía ya resuelta nuestra misión, pero cada uno de nosotros notó como un fuerte viento le
arrastraba sin poder evitarlo, y con ello, atravesamos paredes y techos, y salimos volando
hasta terminar en una habitación ocupada. Johan explicó, lo que a mi me parecía excesivamente
inexplicable, contando para el grupo que se trataba de una visión del pasado, y debíamos estar atentos.

Fue entonces, cuando anoté en mi cuaderno de mano una descripción del lugar y de los documentos
importantes que allí había, y me preste a tomar nota de lo que aconteció en ese lugar.
Fuimos testigos de como el que parecía el lider, un tipo de oscura armadura y aspecto tenebroso
llamado Sent, hacía un reparto de unas reliquias a un grupo de nueve personas. Finalmente, antes
de terminar dicho reparto, y del mismo modo en que llegamos, fuimos devueltos a la cripta donde
estábamos en un principio.

Algo confusos en nuestra mayoría, decidimos que nuestra labor allí, había acabado, y salimos
rápido de ese oscuro lugar, y, de camino hacia la luz de la ciudad, pude observar como los esqueletos con
las siglas A.Y.A. habían desaparecido del camino, dato importante cuanto menos, que anote en mi
cuaderno.

Seguimos hasta llegar nuevamente a la plaza de Serena, donde estaba esperándo el misterioso anciano
que se alegró al ver que teníamos lo que había encargado, y ademas escuchó gustoso el relato que
le hice sobre lo que había ocurrido en la visión, otorgándonos con ello información
de interés sobre alguna de esas reliquias.

Después de todo, el hombre repartió la recompensa que había prometido, y se fue rápidamente a
estudiar el preciado objeto que acababa de obtener, quedándonos nosotros en la concurrida plaza
rememorando lo ocurrido en nuestro viaje.


//Me disculpo si alguien se molesta por la falta de nombres en la historia, pero no recuerdo la mayoría de ellos, y Johan está ahí porque llevó la voz cantante en gran parte de la historia.
Cuando acabe de escribir la parte de la quest de ayer, la subo tambien
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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeSáb Ene 30, 2010 1:04 am

Trama de Ildemor (Bosque)


Estaba yo un día como otro cualquiera en Serena, cuando me topé con un extraño ser, un trasgo,
quien me miré de manera divertida mientras se me acercaba. Yo estaba mas sorprendido por el
hecho de que fuese un trasgo que por cualquier otro detalle cuando se girigió hacia mi.
- Vaya vaya, hombre, te voy a contar algo. Hace un rato, un grupo de viajeros partieron a
buscar una llave, y lo hicieron en esa dirección. -dijo señalando hacia el norte.

- ¿Hm?¿Y porqué me cuentas eso?

- Pareces pensativo, y se me ocurrió que igual te interesaba hacer algo de ejercicio.

A pesar de que sospeché del trasgo, el tema de la llave me era familiar, y me interesaba
bastante lo que a su alrededor se tramaba, con lo que salí corriendo tras la pista del grupo
que me había salido tiempo antes que yo. Me adentré en un extraño pantano de miel, en el que
solo pude ver cadaveres y cadaveres, tanto de animales como de unas extrañas avispas gigantes,
cuando, a lo lejos, observe una explosión, y no pude mas que acercarme rápidamente.

Al llegar, contemplé el final de una terrible batalla contra unos extraños golems, que eran los
que habían lanzado la bola de fuego anterior, según indicaba toda lógica, ya que antes de morir
repitieron dicha acción.

Una vez muertos, un caballero se adelantó rápidamente hacia ellos y recogió algo.
- Johan, ¿lo tienes? -Preguntó rápidamente Elomir.

- Si, ya he cogido el trozo de metal. -respondió el bardo girandose. - Y con este tenemos ya
todos. -se calló un instante. -Vaya, Alaistter, ¿cuanto tiempo llevas ahí?

- Lo justo para ver el final de esta batalla, pero parece ser que llego algo tarde, ya tenéis
todo.

- Bueno, no te preocupes -dijo. -Volvamos ya, este sitio no es bueno para hablar.

Dicho eso, nos pusimos en marcha de vuelta hacia Serena, por el camino que acababa de recorrer
hacía tan solo unos minutos, pero, para mi sorpresa, lo cual provocó que no tuviese ningún
plan preparado, todos los enemigos que en mi camino pude ver derrotados, se encontraban ahora
en pie, haciendo parecer nuestro regreso, a un asalto continuo de una manada de lobos.

Finálmente, cuando nos disponíamos a llegar a Serena, vimos como un discreto grupo de
constructos nos bloqueaba el camino, y su única frase a decir era la de exigir los trozos de
metal que mis compañeros habían recogido en su viaje. Pero, como ninguno estaba dispuesto a
perder o la información sobre el asunto que podríamos obtener al final, o simplemente la
compensación económica que se obtendría, nos lanzamos a un peligroso combate contra los enormes
seres metálicos.

La dura batalla, provocó la pérdida de uno de los hombres del grupo, que fue llevado hasta la
plaza de Serena a hombros de su compañero, y una vez allí, el trasgo, muy alegre y sorprendido,
entregó a Johan una piedra, parecida a la que conseguimos en la Cripta, a cambio de los trozos
de hierro que habían recogido.

Parecía todo hecho, desde mi punto de vista, cuando el trasgo, pronunció unas palabras, y los
trozos de metal se unieron formando una caja que a mi me era muy familiar, ya que era
exáctamente la que vi en la visión, la que Sent entrego a la anciana, "La Contenedora".
Johan, en cuanto la vió, la reconoció también al instante, y sin mediar palabra, lanzó una
terrible estocada al cuello del trasgo, pero esta erró por las prisas y la magia de dicho
trasgo.

Fue cuestión de segundos, después de la combativa acción, que los allí presentes tuvimos una
sensación ya familiar; un viento nos llevaba lejos, muy lejos y atrás en el tiempo.

Nos encontrabamos esta vez en lo que parecía una carcel subterránea, y cuando nos adentramos
mas, observamos una extraña escena.
Estaba Sent, en el centro de un círculo mágico, rodeado de cuatro arcanos que lo dominaban
con un conjuro, y una arcana mas, que parecía la lider a un lado de estos; además, una gran
cantidad de guardias permanecían en guardia en el lugar.

Fuimos adentrándonos hasta colocarnos al lado de Sent, cuando fui prevenido por Johan de que no
entrase en el círculo mágico, pues, aunque ahora fuesemos seres etereos en otro tiempo, la
magia puede dañar a dichos seres.

Haciéndole caso, me alejé un poco, y atendimos a los hecho que allí acontecían.
La lider arcana, se mofaba de que Sent estaba siendo atrapado y este iba a ser su fin, cuando
un noble, Lord Eneras, entró en la sala seguido de su "mascota", a la que llamaron "El Sin
Nombre", el cual, era un terrible esqueleto.

La arcana, preguntó desafiante que es lo que hacía allí esa persona, y si tenía permiso de los
altos cargos, pero cuando este contestó fríamente que su objetivo era liberar a Sent, pues
había sido traicionado por sus superiores por miedo a su poder, y que estaba allí sin permiso
alguno, se hizo llamar a todos los guardas, que rodearon a la pareja recien llegada casi al
momento.

Parecía toda la situación controlada por la arcana, cuando el esqueleto alzó una mano, y
sorprendentemente, todos los cuerpos de los guardas, cayeron muertos sobre el suelo, lo cual
provocó un sobresalto incluso en los concentrados magos que se encontraban reteniendo al
prisionero; pero cuando con otro movimiento del esqueleto, el conjuro de retención fue
anulado, fue cuestión de segundo que Sent acabase con sus vidas.

Comenzó una negociación ante la presencia de la lider arcana, en la que el nuevo trío, se
alío para sus propios fines, y como no, para llevar a cabo esos fines, sería conveniente acabar
con la vida de la testigo que había presenciaod tal acto, con lo que ambos, se giraron hacia
ella, pero ella, reaccionando rápidamente, pronunció unas palabras y desapareció con un haz de
luz.

Esperabamos poder escuchar algo mas sobre los planes de Sent y Lord Eneras, pero la sensación
del viento nos hizo saber a todos que la visión había terminado ya, con lo que recogiendo mi
cuaderno con toda la información obtenida allí, fuimos llevados de vuelta a Serena.

Nada mas llegar, la primera visión que tuvimos era a Johan volando hacia el lugar donde se
encontraba antes el trasgo, solo que este ya no se encontraba allí y acabó dandose de bruces
con el suelo.

Después de reponerse, nos hizo girarnos para ver como se acercaba a nosotros el anciano de la
otra vez, al que hizo entrega de la nueva llave que habíamos obtenido de manos del trasgo, y
el anciano, como la vez anterior, nos hizo entrega de una recompensa, de la cual, hasta ese
momento, yo no tenía conciencia de que nos entregaría él, pues yo pensaba por lo que sabía, que
nuestro contratante era el trasgo.

Finalmente, cuando ya anocheció, Johan me llevo a un lugar mas privado, donde me hizo conocedor
de que según le habían informado, durante la visión, hubo un momento en el que Sent, le
dirigió la mirada durante un instante, dato que me sorprendió bastante, pues supuestamente
solo comtemplamos lo que ocurrió sin interferir en ello, pero con ese dato, mi interés sobre
lo que pudo y puede ocurrir sobre el asunto de los artefactos y la caida de Ildemor aumentó
notablemente.


//Repito lo de la otra vez sobre los nombre, aún no me los he aprendido con lo que evito en la mayoría de lo posible el nombrar individualmente a la gente, así que si eso molesta a alguien, me disculpo ya.
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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeDom Ene 31, 2010 1:50 am

//Bueno, continuo con la historia del pj.

*Pocos meses después de la tragedia en mi poblado*

Mientras continuaba mi camino, intentaba dejar atras aquel triste recuerdo que tenía de
mi lugar natal arrasado por aquel depiadado grupo de bandidos y mercenarios.
La supervivencia era dura, pues aunque hubiese vivido como noble durante mi infancia, no tuve
ocasión de obtener dinero en mi huida, y mi padre, no era tan conocido como para poder usar
su nombre allá donde fuese.

Con todo eso en mi contra, me sobrepuse como pude en mi travesía por caminos y bosques,
haciendo uso de los conceptos mas básicos que lei una vez sobre como obtener alimentos en
lugares salvajes y donde cobijarse hasta que llegué a un pequeño poblado.

Era amplio, estaba bien situado, y la ocupación era alta, pues nada mas llegar pude observar
la cantidad de gente y el griterío ensordecedor que había en la zona del mercado, lo cual me
crispó los nervios duramente.
Me dirigí rápidamente en busca de una taberna, para ver si obtenía algo de información con la
que poder obtener dinero, y así seguir en mejores condiciones mi, hasta ese momento sin
destino fijo, viaje.
Una vez allí, entre la multitud de hombres que había bebiendo, observé a un joven pregonero
dando información sobre un torneo de lucha que iba a realizarse en la noche del día en que nos
encontrábamos. Era una idea tentadora, no parecía que hubiese gente fuerte en aquel lugar, y
la compensación económica era de gran interés para mi.

- ¡Jóven! Apuntame para ese torneo. -grite al pregonero.

- ¿Cual es su nombre?

- Alaistter. -cuando dije esto, la gente empezó a bajar el tono de sus conversaciones y me
miró con algo de desdén.

- Vaya, al final ha venido un extranjero a la competición -se escuchó entre la muchedumbre.

Me quedé buscando un poco de donde provenían estas palabras, cuando el jóven pregonero se
dirigió a mi.

- No llegue tarde, será al final de la tarde.

Salí de esa taberna alerta a todo lo que pudiera acecharme pues parecía sospechosa la actitud
de los allí presentes y tome la posibilidad de que quisieran incapacitarme antes del torneo,
con lo que decidí no dormir antes de este.

Pasaron las horas, y el momento del torneo llegó. En la gran plaza, nos reunimos todos los
participantes, que en su mayoría eran hombres con el aspecto de no haber empuñado una espada
en su vida.
Estabamos bajo la mirada divertida de la guardia de la ciudad, que comentaba y hacían sus
apuestas entre ellos, mas que controlar que no hubiera problemas entre los espectadores.
Después de las presentaciones del alcalde del lugar, y la preparación de los combates,
comenzó al feroz lucha, en la que fase a fase, fui avanzando sin demasidos problemas,
intentando fijarme en los mejores lugares para un combate, en caso de tener un rival mas habil
que la gran multitud de granjeros.

Pasó una hora de entretenido torneo, cuando por fin llegó la gran final, en la que tuve que
enfrentarme al que por lo que pude observar durante combates anteriores, era un miembro
destacado de la guardia, por el cual había apostado todo el mundo como claro favorito.
Se me ocurrió la idea de apostar por mi en ese combate, con el dinero que estaba convendido que
iba a ganar por el torneo, y así lo hice.

Finálmente, el alcalde, dio la salida del combate.
Lanzé una rápida carga, cambiando por completo mi actitud de combates anteriores, y cuando
nuestras armas se encontraron, baje mi centro de gravedad para empujarle haciendole retroceder
un par de metros, deslizándome hasta una zona notablemente mas alta.
El tipo me miró desafiante, como si hubiera herido su orgullo con ese ataque sorpresa que le
hizo perder el equilibrio, y se avalanzó sobre mi. No pude por menos que sonreir, al ver que
solo ese leve movimiento estratégico para tomar ventaja, había bastado para hacerle perder la
compostura, y decidí acabar con aquello lo antes posible.
El hombre, con su feroz carga, lanzó su espada contra mis piernas, con el objetivo de
derribarme, pero habiendo previsto ese ataque, pues mi posición no daba muchas mas opciones,
bloquee facilmente el corte, y al mismo tiempo, lanzé de una patada arena a su cara.
Aprovechando su ceguera temporal, salté rápidamente a su espalda, y colocando la espada a la
altura del cuello, declaré mi victoria.

- Ha sido un gran combate. -dijo, sorprendiendome. - cuando recibas el premio, encuéntrate
conmigo en la casa del alcalde.

Pasados el discurso, la entrega del premio, y mi obtención extra por la apuesta a mi favor que
había realidado, me dirigí a la casa mas grande del poblado. Allí me estaba esperando en la
puerta mi último rival, con un par de guardas mas, y me hizo pasar hasta el despacho de su
señor.

- Saludos, iré al grano -dijo el hombre sin dejarme si quiera saludar. - Tenemos poco tiempo, y
hemos podido observar que tienes una gran habilidad tomando ventaja de todo lo que puedes en
tus batallas, y con todo eso, tenemos que pedirte que nos ayudes.

- ¿Qué tipo de ayuda necesita un lugar tan bien situado estratégicamente, de alguien como yo?

- Alaistter, mira esto. -me dijo mientras me entregó un montón de cartas, cuya firma reconocí
al instante. - ¿Lo entiendes ahora? - dijo cuando vio que había terminado de leerlas. - es algo
que se nos puede ir de las manos.

Me quedé en silencio un momento, pensando en todo lo que esa gente hizo en mi pueblo,
sin detenerse ante mujeres o niños.

- Lo comprendo, y por lo que he podido leer, parece que lo mas probable es que el ataque sea
esta misma luna.

- Así es. -contestó el Jefe de la guardia.

- Bueno, no tenemos demasiado tiempo, he podido observar el poblado durante la tarde, pero
me vendría bien un mapa algo mas detallado para prepararlo todo.

- Aquí lo tienes, esta todo listo. - dijo el alcalde, sacando un mapa con algunas marcas hechas
ya.

- Alaistter, ahí está el plan que tracé para intentar defendernos, pero si tienes alguna idea
mejor, y posiblemente la tengas, pues he podido observarte en tus luchas, ten por seguro que la
seguiré como digas. Debemos evitar este desastre.

Me quedé observando las posibles rutas de entrada de los forajidos, y finalmente empecé a
trazar, al mismo tiempo en mi mente y en el mapa, un plan a seguir.
Mis dos acompañantes se quedaron observando como trabajaba, sin molestarme, y pasados unos
minutos, que para ellos debieron hacerse eternos, alzé la mirada.

- Bueno, esto debería bastar. Sin duda, en otra situación prepararía otras salidas, por si
acaso, pero el tiempo apremia, y hemos de informar de esto a toda la guardia.

El capitán hizo llamar a todos sus hombres al lugar, y cuando los tuve al frente, me dirigí a
ellos como si de mi ejercito se tratase.

- Para empezar, os voy a dividir en pequeños grupos. Vosotros sereis el grupo 1, vosotros el 2
y vosotros el 3. Tu, el que queda, vas a ir a conseguir que toda la gente esté en sus casas
cuanto antes y que no haya ni una luz, y luego haz esto. -le dije entregandole un papel, y
haciendole marchar inmediatamente.

- Alaistter... -me dijo el capitán mirándome desconfiado. -¿Seguro que con tres grupos estará
todo bien?

- No te preocupes, ellos son mas listos de lo que quieren hacer parecer, y seguirán un plan
bastante previsible. Confía en mi.

Terminé de dar las órdenes, y me dirigí a la sala de visitas de la casa del alcalde.
Tuvo que pasar una hora hasta que el grupo de bandidos llegó al lugar, y cuando esto ocurrió
lo hicieron por los lugares que había indicado.
Se encontraron con una pareja de guardas vigilando el camino; estos, hablaban sobre lo
perfecto de la idea de dividir en gran parte el ejercito para vigilar mayor zona, haciendo que
los sigilosos mercenarios bajasen la guardia, y cuando estos se disponían a asaltarlos, se
vieron asaltados por un grupo superior que les atacaba por la espalda.

Desde la casa, se podían escuchar gritos que indicaban que la lucha estaba en plene apogeo, y
se veía en el alcalde y el capitán cierto temor, pues no alcanzaban a reconocer si los gritos
eran de los bandidos, o de sus propios guardas.

Finalmente, entraron al salón en que nos encontrábamos, rompiendo todas las ventanas con ello,
un grupo de cinco mercenario junto con el lider, de la banda, que me reconoció nada mas verme.

- Vaya, ¿sigues vivo, joves Alaistter?

- Por supuesto, no como los hombres que mandaste a destrozar el poblado. -dije sonriendo.

El tipo, se giró, y observo que ya no se escuchaban gritos, y el pueblo seguía tan tranquilo
como antes de que ellos llegasen. Pude ver una mueca de fastidio en su rostro, pero desapareció
rápidamente cuando se giró hacia mi nuevamente.

- Bueno, parece que esta vez has tenido mas libertad de movimiento, no como cuando asaltamos tu
querido poblado. De todos modos, aunque el resto haya caido, aquí tenemos la ventaja. ¡¡Así que
preparaos para morir!!

Le miré divertido, y antes de que se diera cuenta, corté una cuerda que había escondida bajo
la alfombra del salón, que provocó un efecto polea, e hizo que las dos estanterías que había a
su lado cayesen hacia ellos.
Un par de sus hombre de élite, pudieron saltar a tiempo hacia atras, evitando una muerte segura
pero para sus sorpresa, al aterrizar nuevamente en el suelo, fueron reducidos por el soldado
que había mandado a meter a la gente a sus casas, que se encontraba escondido bajo la repisa
de la ventana por la que habían entrado.
El lider, sorprendentemente, saltó gracilmente hacia nosotros, pero perdió su concentración
al ver como el capitán, desenfundaba su arma, y no se percató de que su propia inercia, le
estaba conduciendo hacia el filo de mi espada, terminando empalado en ella.

- Fin del juego, yo gano, tu pierdes. -le dije al tiempo rajé todo su abdomen para sacar la
espada por uno de sus costados, haciendo caer sobre la alfombra su cuerpo sin vida, sangrando
intensamente.

El alcalde, estaba atónito mirando todo lo que había ocurrido en su casa en el margen de cinco
minutos, hasta que finalmente respiró aliviado.

- No se preocupe, si todos han hecho lo que les dije, no tiene porque haber un solo muerto. -le
dije. -Aunque todo ha sido gracias a que ellos nunca tuvieron en cuenta la posibilidad de que
su asalto fallase, dándome una gran ventaja con ello.

Tanto el alcalde como el capitán, me agradecieron fervientemente mi ayuda, y lo hicieron
nuevamente junto a la guardia, una vez comprobaron que como había afirmado, no había muerto
ninguno de sus hombres.

- ¿Qué quereis como recompensa? Pedid, pedid lo que querais, y os lo concederé. -dijo el
alcalde pletórico de alegría.

Le miré un momento y me quedé observando el cielo estrellado con la luna llena en el centro,
desde la ventana destrozada.

- Si me proporcionais cobijo esta noche y una buena comida en la mañana antes de mi partida,
será mas que suficiente.

Y así fue, me proporcionó una de las amplias habitaciones para invitados que tenía, y cuando
apareció el sol, después de llenarme el estómago, me puse por encima una oscura capa, y partí
con todo lo que había obtenido de ese pueblo.
Cuando ya estaba tan alejado que al girar la vista, el poblado parecía un pequeño punto, me
quedé pensativo.

- Parece ser que una vez lo pierdes todo, la simple venganza no es capaz de devolverte a como
eras.

Me giré sonriendo bajo la capucha de la capa, y continué mi camino.
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DM_Tauro

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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeDom Ene 31, 2010 6:03 am

Leido, obtienes puntos de experiencia por tu relato. Sigue asi Wink
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Admin_Hiho

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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeDom Ene 31, 2010 10:12 pm

te agradezco el detalle sobre el relato de mis tramas, y sobre el punto de vista de tu pj respecto a ellas, muy agradecido de veras
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Fusti

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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeMar Feb 02, 2010 9:03 pm

Empiezo diciendo que por lo largo de la quest, y por mis incontables caídas, tengo el recuerdo un poco dudoso, así que si hay algún dato cambiado de orden o algo mal, decidmelo y lo intentaré cambiar.


Trama de Ildemor (Elorah)

Estando en Serena, en un día como cualquier otro, estábamos en la plaza de la ciudad un
amplio grupo de aventureros, reunidos alrededor del anciano que reclamó nuestra ayuda,
como en ocasiones anteriores. Nos explicó que le habían robado la tercera llave, y que
debíamos ir a buscarla a Elorah, donde los ladrones habían huido.

Con la información en nuestras manos, nos dirigimos a la torre de Merlino, para que nos
llevase de una manera mas rápida hasta nuestro destino, pero al llegar allí, solo vimos
fuego y destrucción. El lugar estaba destrozado, estanterías tiradas, libros y pociones
ardiendo en el suelo, y el pobre mago, corriendo desamparado de un lugar para otro. Al
vernos, se vió algo de alivio en su rostro, y cuando conseguimos tranquilizarle, nos
contó que todo esto había ocurrido mientras él estaba hablando con el Rey, por lo que
no pudo detener a los asaltantes. También, nos explicó al escuchar nuestra situación,
que estabamos tras la pista de los mismos hombres, y que estos habían bloqueado sus
portales, evitando así que los siguieramos por esos medios.

Con todo lo dicho, salimos rápido de la torre, prometiendo a Merlino que daríamos caza a
los que habían destrozado su hogar. Salimos a pie de la ciudad, con prisa, pues el camino
era largo y el tiempo escaso, pero nada mas salir, nos topamos de frente con un esqueleto.

- ¿Sin Nombre? -Le preguntó Johan, mas rápido que el resto.

El esqueleto, ignoró su pregunta, y comenzó a recitar unas frases de aspecto procéfico,
mientras alzaba nueve pilares de agua en el lago que había tras nosotros. En esos versos,
nos dijo que las antiguas reliquias se levantarían para acabar con el mundo, pero sin explicar
nada mas, comenzó a caminar sobre el agua y desapareció.

Teniendo en cuenta lo dicho por el no muerto, seguimos raudos nuestro viaje, pasando por la
cueva del norte, en la que perdimos mas tiempo del previsto, ya que Johan, que lideraba el
grupo, se perdió. Por suerte, había gente que conocía esos caminos, como Valandil o Kinjo,
y nos reconducieron por la ruta correcta, dando a parar a un desierto, solitario y caluroso,
quizá demasiado caluroso, pero por suerte, mi entrenamiento me permitía resistir las
temperaturas mas duras.

Avanzamos por el desierto lo más rápido que pudimos, pues no era un buen lugar donde pasar
una noche, y conforme lo fuimos dejando atrás, llegamos a un puerto. Nos dispusimos a tomar
el barco, pero los marineros se negaron a llevarnos. Fue entonces cuando en una de las
repentinas salidas de Johan, los convenció de que eramos miembros de la Inquisición, lo cual
intimidó bastante a los hombres de mar, y mas tarde, cuando les hizo ver que marchabamos
tras la pista de los mercenarios que les habían atacado, accedieron a llevarnos.

El viaje en barco fue largo, pero una vez tomamos tierra, continuamos con paso rápido, aunque,
fue demasiado rápido, ya que, nos encontramos con un pequeño poblado en llamas, lo cual nos
indicaba que nuestras presas habían pasado por allí, y ademas, se observaron huellas en el
suelo, que nos indicaron su camino.
Avanzamos sin pensarlo, y tuve el gran fallo de no imaginarme una emboscada en un lugar tan
cercano a su último ataque, lo que hizo que tuviésemos que librar un duro combate contra un
gran grupo de mercenarios.El combate no se presentó demasiado bien, los mas experimentados
combatientes, intentaron plantar cara al poderoso grupo, pero algunos de ellos cayeron
inconscientes, y hubo que reagruparse antes de acabar con ellos.

Esta dura batalla, dejó al grupo bastante mermado, y tuvimos que avanzar algo mas lentamente
hasta llegar al siguiente poblado, con el objetivo de parar a descansar, pero de camino, cuando
caminabamos por un sendero cercano a la nuestro proximo destino, fuimos objetivo de otra
emboscada, aunque esta un poco menos numerosa que la anterior.
El combate volvió a ser terrible, pues el estado de nuestro grupo era bastante preocupante, pero
conseguimos salir airosos del combate.
Nos disponíamos a seguir nuevamente nuestro camino, cuando se acercó a nosotros una anciana
con aire misterioso. Comenzó a decirnos que si no trabajabamos en equipo, evitando las
disputas internas del grupo, fracasaríamos en nuestra misión, como lo hicieron ellos en el pasado.
Con ello, deduje rápidamente que ella debía ser uno de los nueve, portadora de alguna reliquia,
y por su aspecto, no podía ser otra que Moira, la portadora de La Contenedora, pero antes de
desvelar información a una desconocida, decidí preguntar, corroborando mis sospechas.
Después de eso, poco mas nos dijo la anciana, se alejó, y desapareció.

Nosotros, avanzamos cuidadosa y rápidamente hasta el poblado cercano al que nos dirigíamos, y
una vez allí, descansamos lo necesario para continuar nuestro viaje.
Johan, mas previsor que el resto, habló con Viento, y le pidió que se adelantase en el trayecto, y nos
fuese informando de los peligros que había, para evitar emboscadas como las ya sufridas, y así lo
hizo, hasta llegar al bosque, en el que las fuerzas de la naturaleza se alzaron en nuestra contra,
revelando al sigiloso Viento con cualquier paso que daba. Con esa visión, la organización del grupo
volvió a deshacerse, y mientras la mayor parte fue contra los árboles que nos eran hostiles, Valandil
y Handul, avanzaron en la dirección correcta, encontrandose de frente un reducido, pero no poco
peligroso grupo de mercenarios.

Cuando llegamos, la batalla estaba avanzada, y con la ayuda de Viento, acabaron rápidamente con
los enemigos, que ya se posaban frente a la entrada de una cueva.
Valandil, informó de que en la cueva había una tribu de orcos, demasiado peligrosos para cualquiera
de nosotros, a excepción de Viento y él mismo , pero algo no encajaba, y me plantee el hecho de que
los orcos, territoriales y algo salvajes, no se aliarían con los mercenarios, y, una vez dentro, al
observar los cadaveres de numerosos bandidos, concreté que estaba en lo cierto.

Avanzamos por el lugar, al principio haciendo caso a las indicaciones de Valandil, de dejarles luchar
a el y a Viento, y ya después, con el típico caos reinante durante todo el viaje, lanzandose todos al
combate hasta toparnos con una gran barricada. Nos tomó algo de tiempo rebasarla; primero
pasaron Viento, Kinjo y Valandil, para asegurar el lugar, y después, poco a poco, pasamos el resto
con ayuda de cuerdas.

El camino hasta la salida del oscuro lugar, fue relativamente sencillo, debido a la desorganización de
los orcos, en comparación con los mercenarios, y en gran parte a la habilidad de nuestros cabecillas
que acababan con ellos rápidamente, antes de que salieran de sus sorpresa al ver que no tomaban
ventaja del combate.

Finálmente, volvimos a ver la luz del sol, y ya estabamos en las cercanías de nuestro destino, Elorah,
pero nuestro alivio duró poco, pues fuimos avisados de que en la parte del bosque que pisábamos en
ese momento, vigilaban unos peligrosos golems, que no tardaron en atacarnos.
Sufrimos varias acometidas de pequeños grupos de estos golems, a lo largo del camino hasta la ciudad,
y finalmente, llegamos a Elorah.

La visión que tuvimos de la ciudad, es como la de cualquier lugar arrasado. Todo estaba destrozado y en
llamas, y solo había algunas personas por la calle. Vimos a una mujer, y nos informó de que los
mercenarios habían atacado el lugar, y que estaban encerrados en el cementerio, así que le pedimos
un lugar para prepararnos para lo que nos esperaba.

Fue poco el tiempo que permanecimos descansando, y salimos hacia el lugar donde esperábamos poner
fin a este terrible viaje. Una vez allí, nos volvimos a encontrar con Moira, quien nos volvió a recordar que
si no trabajabamos en equipo, moriríamos con lo que allí nos esperaba.
Sin perder un momento, insistimos en que si tan importante era que no fallaramos en la misión, que nos
había recordado como proceder en dos ocasiones ya, podría ayudarnos, y con esas palabras, la
anciana recito unas palabras que resonaron levemente en nosotros, y cuando nos dimos cuenta, la
vieja Moira había desaparecido, y nosotros estabamos imbuidos con el poder de su conjuro.

Avanzamos hasta encontrarnos con el grupo de mercenarios que guardaba la entrada a la cripta del
cementerio, y en primer lugar intentamos negociar con ellos. Mientras todo esto ocurría, intenté buscar
algún punto debil por uno de los flancos del gupo enemigo, pero no me fue posible entrever alguno.
Finálmente, en un audaz movimiento, Viento se deslizo al interior del grupo, y atrajo la atención de todos
sobre él, facilitando la labor del resto al aniquilarlos con un leve pronóstico de daño para nuestro bando.

Nos adentramos en la cripta, abriendonos hueco a golpe de espadazo, sin organización alguna. Luchamos
contra espectros y mercenarios juntos, pareciendo que estos se habían aliado entre si, y ya cuando
descendimos al segundo nivel, por el estado de los miembros que sostenían al grupo, paramos la marcha
un momento.
Estuvimos discutiendo sobre la estrategia a seguir en lo que restaba de trayecto, y tras una dura discursión
acabamos cediendo a que los que no tenían habilidad suficiente, se quedarían atras, en vez de atraer a
mas enemigos.

Este nuevo plan, aunque no aplicado en su totalidad por parte del conjunto, hizo mas llevaderó el combate
contra el que fue el último grupo de mercenarios del lugar. Una vez derrotados, solo faltaba uno, un
hombre cuya cordura, de existir aún, pendía de un hilo.
Johan y Elomir, intentaron sacarle información, pero este, obcecado en sus propios pensamientos, solo
hacía gritos y juramentos en nombre de un tal Dalal.
Tal fue el caso, que crispó los nervios y la paciencia de sus interrogadores, haciendo que Johan, que lo tenía
agarrado del cuello y alzado, lo lanzase bruscamente contra la pared, y seguidamente, Elomir, es un acto
algo exagerado, le empaló, acabando así con su vida.

Tomó la piedra, y cuando todo parecía llegar a su fin, apareció tras nosotros una imagen ya conocida, la de
Sent. Se acercó y nos empezó a relatar la antigua historia de lo que ocurrió en Ildemor y como y porque sucedió
su caida. Mientras anotaba los detalles en mi cuaderno, el resto permanecía escuchando y vigilando los
movimientos de nuestro visitante.

Parecía que ya había acabado su relato, cuando cambio su apariencia, sorprendiéndonos a todos, pues
cláramente habíamos sido engañados por aquel tipo que se hizo pasar por Sent, pero poco le costó explicarnos
que era uno de los Nueve Megos de Ildemor, y que había un gran mal acechando.
Añadió que, El Hijo Traidor, quien provocó la caida de Ildemor, quiere alzar las nueve torres, que provocarán la
desaparición de todos los seres que posean sangre mágica, y era labor suya, y de los miembros de la Legión,
el detenerle, y acabar con él, cosa que debería haber ocurrido hace mucho tiempo, si Sent no hubiese
desaparecido.

Con todo lo dicho, y habiendonos practicamente convencido de que la Legión estaba intentando defender
este mundo y eran Los Condenados y el Hijo Traidos quienes querían destruirlo, o por lo menos, en un
principio, a los seres mágicos, nos hizo una última petición.
Quería que le prestasemos la llave que habíamos estado buscando.
Elomir, al principio, se mostró reacio a hacer tal cosa, pero tras recordarle que estábamos ante un de los
Nueve, y que podría matarnos si no accedíamos, le cedió la piedra al poderoso mago.

Éste, hizo unos movimientos de mano sobre ella, y una luz azul salió de esta. Una vez hubo hecho esto, le devolvió
la piedra a Elomir, y como agradecimiento por haberle cedido la piedra, nos transportó a Serena.
Una vez en la ciudad, ya mas relajados, hicimos entrega de la piedra, recibiendo a cambio nuestra recompensa,
pero por desgracia, esta vez no hubo información añadida después de la entrega.





//Uf... ya está, repito lo de los posible errores cronológicos de la trama, así que si hay algo muy cantoso me lo decís y lo cambiaré. Y bueno, el final ha quedado un poco forzado y cortado, pero me estaba superando un tanto ya el escribir xD, ciertmente fue larga la quest.
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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitimeSáb Feb 13, 2010 10:51 am

Muy chulo, muchas gracias, xp para la ficha tio.
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MensajeTema: Re: Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter)   Ejercitos acorralados por la Estrategia (Alaistter) I_icon_minitime

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