Idris.

Idris, todo un ejemplo del típico elfo, seguidora de la senda del arco y la magia, entrenó muy duro desde su juventud para poder entrar en la prestigiosa institución de los Exploradores D'Areän , en su hogar, Eloräh.
Un día salió a deshacerse de algunos de los terribles seres que de noche acechan a los viajeros. Consiguió librarse de algunos demonios menores, pero algo llamó su atención, un rastro de un grupo numeroso atravesaba la zona, e Idris se dispuso a averiguar de qué se trataba. Más adelante encontró un campamento de humanos, todos ellos vestidos con extrañas túnicas y recitando aún más extraños cánticos. Se fijó en que tenían grandes jaulas con hermanas elfas dentro, atadas y amordazadas. Tenía que avisar de aquello en la ciudad, pero cuando se dio la vuelta, se encontró con un tipo que ya estaba encima de ella con un garrote, luego vino la oscuridad.
Despertó en una de aquellas jaulas y durante unas semanas viajaron en una dirección que no pudo determinar, y más mujeres iban cayendo en las garras de aquellos tipos. Al final llegaron al destino, un cementerio, pero no estaba tan habitado por los muertos, como por los vivos, allí había un montón de gente con aquellas extrañas túnicas, yendo de aqui para alla bastante atareados.
A Idris y a las demás mujeres las llevaron a las profundidades de una de las criptas, y allí permanecieron durante bastante tiempo, sufriendo todo tipo de torturas casi a diario, todo por culpa de una tal Mesias, por lo que pudo llegarse a enterar.
De recuerdo de su estancia alli le quedaron numerosas cicatrices, la mas grave de ellas una que le atraviesa el ojo izquierdo y llega casi a la comisura de los labios, en ese ojo quedó blanco y perdió toda la visión, no podria volver a apuntar un arco, pero lo que más le importaba en aquel momento era salir de aquello con vida.
El dia que solo quedaba ella viva alli abajo, por alguna razón estaban los sectarios aquellos muy alborotados, se olvidaron de ella alli abajo, dejandola completamente sola durante el tiempo suficiente como para que pudiera preparar y lanzar un conjuro. Idris mandó su consciencia a vagar por el plano etereo buscando como salir de ese lugar, mientras su cuerpo yacia inerte en el suelo. Aquello llamó la atención de una criatura que rondaba cerca en aquel momento, y se encontró con la proyección mental de Idris. Aquel ser era como una sombra, rodeada de humo que giraba en torno a él. Le habló, le prometió sacarla de allí, devolverle su visión, dotarla de grandes poderes y conocimientos, por un precio, a cambio de que ella fuera sus ojos en los grandes acontecimientos de la época, debería estar presente en todos los que le fuera posible y nunca deberia hablar sobre él.
Cuando ella aceptó, el ser fusionó parte de sí mismo con la mente de Idris y la envió de vuelta a su cuerpo. Cuando ella despertó, volvía a ver bien, se sentía fuerte y llena de energía, ahora solo faltaba salir de alli. "Lo prometido es deuda" oyó en su mente y acto seguido oyó voces de alarma por los corredores, ruido de pelea y finalmente llegó un grupo de personas donde ella estaba, le hicieron preguntas sobre la mesias, y al ver que no era ella y que no sabia nada, la sacaron de allí y ella los acompañó a donde sabía que estaba la sala principal de aquel cementerio.
Después de un horrible encuentro con una niña medio descompuesta, se vió libre para hacer lo que quisera. Viajó por los caminos de la Isla de las Bestias, ganandose la vida birlando algunas monedas de los bolsillos de gnomos y demás viajeros.
Un dia la asaltaron en uno de los caminos un pequeño grupo de bandidos, y utilizando sus nuevos poderes consiguió deshacerse de ellos. Saqueando los cadáveres encontrón un amuleto de Berekost, lo que le permitió el paso a aquella ciudad.
Desde entonces se ha unido al grupo de aventureros que la sacaron de allí y los acompaña en todos los grandes acontecimientos en los que acaban metidos, guerras, invasiones y por supuesto, el asunto de la Mesias, que no se le olvidará fácilmente.