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 Greiven Sannal

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2 participantes
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Greiven




Cantidad de envíos : 4
Fecha de inscripción : 17/03/2012

Personaje Principal
Nombre: Greiven Sannall
Concepto: Filosofo
Fama: Desconocido

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MensajeTema: Greiven Sannal   Greiven Sannal I_icon_minitimeJue Abr 12, 2012 1:23 am

Preludio

Una palmada en la espalda, una bofetada en la cara.

Una tradición popular, por no decir olvidada, es mandar cada tanto a un monje hacia el ruidoso exterior de su monasterio. Suele tomársela como la primera, o última de las pruebas del que inicia el viaje. Así pues, este es el relato de la primera, o última, prueba de Greiven.

Eh...eh, tu... ...Despierta-Dijo uno de los remeros dando un pequeño golpe con el pie entre los esfuerzos de mover la nave para despertar al hombre que reposaba en un costado.- Dice el capitán que estamos por tocar puerto- -...zzZZ!... ¿Qué?- Pregunto este adormilado.
-Que ya estamos...tocando puerto.-Dijo el primero.
-Pues ya valía....siento que fue una eternidad...-

Ninguno de esos era Greiven. El se encontraba mas en cubierta y preparándose para desembarcar. En cuanto el barco hecho anclas salto y -Luego de besar un par de veces tierra firme- dio las gracias al hacedor. De vuelta a la más fiable tierra firme, luego se volvió a levantar para emprender el viaje. Lastimosamente, esa alegría duró, aún para peor suerte, cuando había perdido de vista el puerto Se vio rodeado de un grupo de hombres armados, algo desconcertado por ello intento preguntarles quienes eran.
Ante el silencio intento divisar debajo de sus cascos, lo que vi le hizo horrorizarse.
Miradas sin alma, acompañadas de un olor de carne putrefacta que le llegó segundos después. Olvidando todo entrenamiento marcial, corrió entre los dos de enfrente con todas su ímpetu, le faltaron fuerza a sus piernas, ya que pudo sentir como la garra envuelta en un guantelete metálico se aferraba a su manga para atraparlo, si hubiera sido una armadura, probablemente ya habría muerto....Afortunadamente, la tela se rasgó con bastante facilidad y sin hacer perder demasiado equilibrio al joven enviado. Durante varios minutos continuó en carrera sin siquiera atreverse a mirar por si era perseguido. Solo se detuvo al llegar a los portones de la ciudad goma. Se giró casi sin aire para ver si le habían seguido, dio gracias otra vez al Hacedor y entró en el extraño poblado.
Destruir no muertos, aplastar a aquellos que tomaran armas en contra de la vida y asistir a aquellos que las alzaran en pos de la misma, defender Fantasía de la pesadilla de Necros...Ninguna de las cosas anteriores paso por el momento...

Cuentas
...Sera fácil, solo tienes que contar...
Cualquier aventurero antes de echar una mirada a la bodega de alimentos.

-Quisiera pediros que hicierais un inventario de recursos.- Hablo Diana.
-...Si mi señora- Respondió intentando no bajar los hombros, si había algo que no se imaginaba hacer, era eso.
Sin embargo, seguir órdenes era lo que debía hacer. Y si algo sabía, era que quejándose no ayudaría mucho. Esa misma tarde- de preferencia cuando recuperara el aliento completamente.- empezaría. Por entonces, se reunió con otros aventureros e hizo un conteo de los guerreros dispuestos a combatir. Le llevo poco tiempo, desafortunadamente, solo 50 hombres-Contando heridos- se encontraban dispuestos a combatir. Con una mueca partió al almacén para comenzar el conteo.
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Greiven




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Personaje Principal
Nombre: Greiven Sannall
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MensajeTema: Re: Greiven Sannal   Greiven Sannal I_icon_minitimeLun Abr 16, 2012 2:47 pm

Más cuentas
...Entonces es una regla de tres...54 docenas son... entonces son 100...no, espera, 122!...creo...
Persona tratando de sacar una multiplicación por regla de tres.

Soltó sin mucho cuidado la bolsa de patatas con el resto y anotó la cantidad hasta el momento, uno por uno había contado los vegetales de el ala este en el almacén de alimentos. Luego de girarse para ver cuánto le faltaba, se le fue el ánimo abajo, si no se encontraba desanimado ya. De inmediato el cansancio se apoderó de él, poco le faltó para desmayarse del sueño cando una risa aguda resonó por detrás de la exorbitante cantidad de cajas.
-...Ah, así que te has cansado...- Dijo la risa luego de tomar una ruidosa bocanada de aire.- Acaso sientes... ¿Pereza?-
Greiven en ese instante ni siquiera quería en ese momento mover los ojos. Dejó caer la cabeza hacia donde más o menos había surgido el sonido. Por encima de la caja, un anciano se encontraba arrodillado, mirándolo de lado con ojos brillantes.
-¿Estás en tu prueba...? ¿Acaso no debes ayudar...? Yo que tu saldría de aquí...-Hablo nuevamente, sin esperar que respondiera. Luego soltó otra risa similar a la primera-...No querrás sucumbir ante la pereza-
Si no hubiera estado tan cansado, seguramente hubiera hecho mil y una preguntas, pero en ese momento Greiven solo deseaba des cansar, y quizá dormir un poco.
-¿Y bien? Muévete- Dijo serio con el ceño fruncido. Luego volvió a sonreír como si le hubiera contestado-...ah... Veo que necesitas un pequeño impulso...
El viejo saltó ágilmente de la caja y con paso lentos-algo exagerados- se acercó a Greiven extendiendo de forma dramática un dedo hacia él. Este ni siquiera se molesto en seguir el dedo, lo sintió sobre su frente un momento.
Varias cosas ocurrieron en ese momento, primero, el cansancio dio paso a una energía similar a un arranque de adrenalina, luego, vio como se encontraba de pie enfrente de la posada y el anciano mirándolo burlón.
-Has aguantado bastante, habría sido bastante feo si tu corazón también se hubiera puesto perezoso- Dijo evaluándolo. Luego saco una bolsa de cuero y se la coloco en el cinturón.- Yo que tú me compraría algo que de ropa... que aguante los cortes...- Greiven intento abrir la boca para preguntar pero no se movió. El viejo volvió a reír.
-...Aún estas dormido, no haría el esfuerzo si fuera tu- Dijo luego de recuperar el aire.- Nos veremos luego, tal vez logres aprender algo, con el tiempo.
Luego volvió a tocar a Greiven en la frente y este despertó. Se encontraba tirado enfrente de la posada. La energía que había sentido antes se fue tan, o quizá mas rápido de lo que vino, con esfuerzo se puso de pie y bostezó. Se giró buscando con la mirada al anciano y se topó con su pedazo de pergamino en el suelo. Se agacho para recogerlo y en cuanto le quito el polvo notó una fase escrita en mayúsculas.
"COMPRA ROPA"
Psicosomático
...Se necesita silencio para pensar con claridad...
Poleil en una de sus entrevistas.

Se desplomó cansino sobre uno de los troncos libres junto al grupo de aventureros. Bostezó nuevamente cansado. Aquel sentimiento de pereza le podía desde el día anterior, si bien su sueño no podía haber sido más apacible, los ojos tendían a recaer amenazantes. Luego de algunos ratos charlando y discutiendo sobre la guerra, una figura delicada apareció por el norte. Una mujer.
Blanca como las nieves de las montañas e igual de hermosa que las cumbres de estas al sol del atardecer, se acercó con una sonrisa en el rostro. Greiven se limitó a llevar su mano en canto al centro del pecho y asentir como de costumbre -Símbolo de dedicación y rectitud entre los monjes- Ella se quito la capucha y sonrió de manera dulce.
-Valientes aventureros de Fantasía, debo pediros un favor.- Hablo una voz tan hermosa como su dueña.
-¿Cómo podemos ayudarle?- Preguntó Zerhil cruzando sus brazos sobre el pecho.*
-He perdido mi arpa- Dijo dedicándole una triste mirada- En la casa abandonada al norte de este lugar...-
-¿....Y que hacíais ahí...?- Inquirió Greiven intentando contener un bostezo.
-Lo mismo que ustedes, buscar aventuras- Respondió la dama.
-¿Habrá una recompensa verdad?- Averiguó Nyriel.
-Claro que si, oros y platas para aquel que recupere mi preciada arpa y la entregue en la taberna- Dijo alzando la voz para que todos alrededor la oyeran. Luego, marcho hacia el oeste, con pasos agiles y elegantes.
-...Esto no me gusta nada.-Dijo Diana al haberse marchado la mujer.
-Aún así, es nuestro deber, o por lo menos el mío, ir a buscar el arpa- Respondió el monje con una mueca al intentar levantarse y quitar el cansancio de su cabeza.
-Entonces vamos- Dijo de manera resuelta Nyriel, sacando un espadón para luego echar a andar, seguida por Zer y Greiven.
El último desenvaino el arco y lo tensó, si bien debía ayudar, tampoco le agradaba encontrarse con una legión de no muertos estando desarmado. Varios hombres mas se les unieron en la marcha hacia el invierno del sur. Luego de algunos minutos de marcha silenciosa ocurrieron dos cosas. Primero, todo el lugar pareció sacudirse, y segundo, unas manos putrefactas y alargadas salieron de la misma tierra. Algunos lograron escapar del alcance saltando hacia una roca cercana, Greiven no era uno de estos.
Los brazos, a pesar no parecer demasiado fuertes, tomaron una pierna y la estrujaron con tal ímpetu que pudo sentir como el hueso amenazaba con partirse. Afortunadamente varios espadazos partieron los brazos cercanos permitiéndole saltar hacia la roca con la pierna sana. Los apéndices volvieron a adentrarse con la misma rapidez con que habían aparecido, sin dejar el menor rastro, como si nunca hubiera pasado.
Luego de recuperar el aire continuaron sin menor contratiempo que el rengueo del monje. Que continuo haciendo el mejor es fuerzo para no caer hasta un punto, en que todo se volvió negro**.
Sintió la nieve en su rostro dándole agradables caricias, como si ahora se encontrara en las nubes, deslizándose tranquilamente Ese sentimiento solo duro hasta que dio un suspiro de relajación y aquella nieve en su rostro entro por su boca. Intento en acto reflejo girar para quedar de espaldas, solo para sentir de nuevo la punzada de dolor en la pierna. Alguien estaba tirando de él, se sacudió un poco para que le soltara -Aunque el que lo cargaba no cumplió con la petición muy delicadamente.- para luego ponerse de pie.
Luego de toser un poco y sacudirse la nieve volvió a tomar su arco, a modo de bastón y continuar. Poco les faltaba ya para ver la casa, las ventanas se encontraban entablilladas y cubiertas de nieve, la pintura de las paredes-si es que había sido pintada alguna vez- no daba vestigios de su existencia, la puerta se encontraba abierta. Algo le decía que adentro se encontraba algo peligroso. -Los hombres santos primero -Dijo alguien detrás dándole un empujón con tanto atinó que lo tiro al suelo.-...Hombre no era para tanto, fue solo un empujoncito.-
-Claro...- Respondió luego de volver a escupir nieve y entrar.
El interior se encontraba aun mas descuidado que afuera, el polvo de los años acumulados, mas la humedad de la nieve derretida, la cual provocaba un olor madera podrida. Las tablas de la escalera que llevaban al piso superior estaban completamente astilladas y amenazaban con partirse a cada paso de los que portaban armaduras completas. Al llegar a arriba vieron en el otro lado de la habitación una figura alta de espaldas a ellos, la cual parecía hablar consigo misma.
-Es verdad pues... Solo un par de pechos bastan para guiar a un hombre hacia su destrucción...- Dijo la figura vestida en túnica gris y cabeza calva.-Os pido silencio mientras decido como acabar con esto...-

-Oh no...-
-¿Quién es?-
-...Poleil...-
Uno de los hombres se acerco por la izquierda para verle el rostro.
-He... Dicho... Silencio.-Clamo la figura estirando un brazo hacia el lado en el que se encontraba el desafortunado. Este salió volando con un ruido de cañonazo hacia la pared. Cayó desplomado contra la pared, su armadura había estallado y el pecho descubierto sangraba. Todo el resto del grupo desenvainó y cargó a pesar del grito de Nyriel de que no se movieran. En ese momento, las astillas de la madera, los vidrios de las ventanas, el mismo polvo en el suelo, todo comenzó a arremolinarse a su alrededor. Greiven se agachó cubriendo su rostro con los brazos mientras sostenía el arco en sus manos.
-¿¡Es que nadie me escucha!?- Vociferó Nyriel a su derecha.
Poleil dirigió sus brazos hacia adelante y al tiempo que los proyectiles que colmaban la atmosfera cayeron, todos aquellos que en ese momento se encontraban atacando quedaron quietos inmediatamente.
-Parece que no comprenden...-Señalo a Zer y otro guerrero. Lo que provoco que salieran volando hasta sus pies.- Vamos a ver ahora que tanto aguantáis...-
Greiven rodó sobre el vidrio, si bien no era una acción agradable, era mas rapido que pararse, caminar rengueando a la vista de todos, y rogar que el psiónico no lo notara. Quedó detrás de un paralizado arquero para recuperar un poco el aire, desenvaino una de las flechas de su carcaj y tenso su arco. Sin embargó, algo se estrelló contra él, Diana salió volando hacia el por un gesto de Poleil.
El peso de la mujer envuelta en la armadura hizo que ambos se revolcaran sobre los vidrios del suelo varios metros. Se la quitó de encima y en cuanto confirmo que había recuperado su movilidad la ayudó a levantarse. Esta tomó su espada lanzándose a la carga. El se quedó atrás, volviendo a esconderse, esta vez, a la sombra que ofrecía el descanso de la ventana.
Desde esa posición pudo ver a Nyriel caer del techo, a Zerhil y el otro guerrero golpeándose entre sí-el primero con el brazo literalmente estallado-. A Diana esquivando una tabla de madera particularmente afilada que se levantó para detener su carrera. Todo esto mientras el tensaba el arco y, rogando al Hacedor que le diera puntería, soltó la cuerda tensada.
La flecha golpeó a Poleil en el hombro, lo que lo desestabilizó. Pudo ver el placaje que los demás le efectuaron contra la pared al recuperar el control propio de sus cuerpos.
-...Me habéis hecho enojar...- Dijo con voz pasiva que delataba un fuerte dejo de ira al levantarse-...Ahora, lo pagaran...
Levantó los brazos y toda la casa comenzó a estremecerse, las tablas del suelo, el techo, las mismas paredes comenzaron a sacudirse violentamente. La casa comenzaba a hundirse e incluso amenazaba con desmoronarse. Las ventanas se encontraban libres de todo vidrio o madera entablada debido a que el psiónico las había usado de proyectiles. Sin dar mucha señal de heroísmo, Greiven saltó desde el piso superior de la casa. Cayó sobre la nieve rodando, con varios traspiés se alejo rápidamente de la casa. Se detuvo a una distancia prudencial y se giró. En ese mismo momento, vio como sus piernas fallaban al volverse oscuro...
Abrió los ojos en lo que pareció un instante, en cuanto se enderezó noto todos los cortes en su carne. Todos los demás contaban también con cortes similares además de otros mayores que teñían la nieve de rojo, sus armas se encontraban ensangrentadas, como si ellos mismo se lo hubieran efectuados. En cuanto se despertaron comenzaron a echarse alcohol en las heridas y auto medicarse. Recorrió con la mirada las diversas heridas hasta toparse con el antebrazo de Zerhil.
El psiónico lo había hecho estallar con un simple gesto, pero cerca del guerrero se encontraba una piedra ensangrentada, como si el mismo se hubiera machacado su propio brazo hasta volver polvo los huesos de la muñeca. Sin hacer mucho caso a las palabras de este, impuso sus manos en la herida y comenzó a orar.
-Santo Hacedor...- Ahora, si bien todo clérigo estudia los métodos de la canalización de energía divina de su dios, el hecho de transformar más energía de lo que el límite permite suele causar diversos efectos secundarios, los cuales en Greiven era levantar temperatura. En cuanto terminó, la herida solo había dejado un moretón y, él sabía, el adormecimiento del brazo por algunos días, se enderezó con ayuda de su arco para emprender el viaje de regreso.
_____________________________________________________________________________________________
*Si alguien no desea que su personaje sea nombrado en la historia o tiene alguna corrección sobre lo que realmente paso por favor enviar un MP.
**Punto en el que Greiven pasa a ser controlado por el DM.
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MensajeTema: Re: Greiven Sannal   Greiven Sannal I_icon_minitimeLun Abr 16, 2012 5:55 pm

Wiii cheers me ha gustado mucho la segunda parte Razz ojalá yo pudiera escribir igual de bien.

Como sugerencia creo que deberias postear los capis en post diferentes, para que quede un poco más ordenado, pero nada más.

Saludos ^^
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MensajeTema: Re: Greiven Sannal   Greiven Sannal I_icon_minitime

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